Mehta compromete su relación con el Palau de les Arts hasta 2009 por la Tetralogía de Wagner. Ricardo Rodríguez, Valencia
El director elogia la acústica del auditorio y dice que no se puede comparar con el Palau de la Música

El Palau de les Arts acogió anoche el último de los conciertos inaugurales programados durante este mes de octubre. El encargado de dirigirlo fue, nuevamente, Zubin Mehta, quien confirmó su compromiso con el auditorio hasta 2009, año en el que concluirá la tetralogía wagneriana de «El anillo del nibelungo», dentro del Festival del Mediterráneo, del que es máximo responsable. El director de la Filarmónica de Israel también valoró la acústica del Palau, que calificó de «magnífica», y criticó a los políticos actuales, acusándolos de
«miopes» por no prestar más apoyo a la ópera.

El director indio Zubin Mehta confirmó ayer que tiene un compromiso cerrado con el Palau de les Arts para dirigir la tetralogía de El anillo del nibelungo, de Wagner, que será uno de los platos fuertes del nuevo auditorio valenciano durante los años 2007, 2008 y 2009, momento en el que, según Mehta, concluirá su relación contractual con el Palau.

El maestro dirigió a la Filarmónica de Israel en el último concierto inaugural del nuevo Palau de les Arts, que contó de nuevo con la presencia de la reina Sofía. Tras él, el edificio se vuelve a cerrar para terminar de acondicionarlo de cara a la temporada de estreno, el año próximo. Pocas horas antes, Mehta confirmó que, dentro del Festival del Mediterráneo que él coordina, en 2007 se representarán El oro del Rin y La valquiria, un año después se presentará Sigfrido y en 2009, año hasta el que se ha comprometido contractualmente el director, se llevará a escena El ocaso de los dioses. Mehta también aseguró que estas cuatro óperas contarán con «grandes estrellas» en los papeles protagonistas, aunque no quiso avanzar más sobre la programación de un auditorio en el que figura como uno de los directores artísticos, junto a Lorin Maazel, y remitió a la intendente, Helga Schmidt, para conocer más detalles sobre la primera temporada del palacio de ópera, que se abrirá en 2006.

Mehta también dedicó elogios a la acústica y la sonoridad del Palau, tras un primer concierto -el del pasado martes- que sirvió para que, por primera vez, una orquesta estable actuara en el nuevo escenario. Según el director, que manifestó sentirse «muy feliz», la acústica es «magnífica», así como «la sonoridad y el público», que durante dos noches consecutivas ha llenado el aforo para ver a uno de los directores de orquesta más renombrados del mundo. «El Palacio de la Música de Tel Aviv no es tan bueno como éste», manifestó, aunque evitó entrar en comparaciones con el Palau de la Música de Valencia, en el que también ha dirigido en diversas ocasiones, al asegurar que «no son comparables. El Palau de la Música es un auditorio de conciertos, concebido como tal, y éste es además un teatro de ópera, algo que su diseñador ha tenido en cuenta y que los hace diferentes». No evitó, pese a todo, mostrar su satisfacción por haber coincido con el director israelí Yaron Traub, nuevo titular de la Orquesta de Valencia. Dijo que es «mi gran gran amigo» y recordó «le conozco desde que tenía tres años». «Seremos buenos vecinos», añadió entre risas.

Mehta también tuvo palabras de crítica para determinados gobiernos, a los que acusó de «miopes» por la falta de recursos que actualmente sufre la ópera en todo el mundo, «aunque especialmente en Europa y Estados Unidos. Hay países como Inglaterra o Italia en los que no hay recursos, y otros, como Alemania, que siempre han estado al máximo nivel, los van recortando progresivamente».

En su opinión, esta circunstancia es radicalmente diferente de la de Valencia, ciudad en la que «me consta que el señor Camps, con quien mantengo frecuentes conversaciones, sé que está entusiasmado con el proyecto y no dejaría que se hundiera de ninguna forma», aseguró.

Para Zubin Mehta hay compositores que pueden ayudar a cambiar la sensibilidad social y, en este sentido, declaró que «aquí y en todos los lugares del mundo después de dos horas de concierto hay un sentimiento de paz que se está generando a través de la música».

Puso como ejemplo un recital celebrado el pasado verano que congregó con la Novena de Beethoven a 1.000 israelíes y 500 árabes y en el que la «música atrajo un grupo a otro, una cosa que no habría ocurrido de ninguna otra manera». Aunque estos dos pueblos siguen luchando «a pequeños estratos, la música está jugando su papel», aseveró.

También aludió a la propia Filarmónica de Israel , donde hay un ensemble formado por tres isralíes y cuatro árabes que componen música juntos. Mehta agregó que «hacemos lo que podemos, somos sólo músicos, pero intentamos poner a la gente de acuerdo y en paz».

Mehta confesó que le gustaría poder tocar a Wagner en Tel Aviv pero subrayó que «todavía no se puede porque aún hay demasiada gente en Israel con números en los brazos», apuntó en referencia a los judíos que estuvieron en los campos de concentración nazis. Agregó que «no queremos insultar a esa gente».