Mehta se sale
Temporada del Palau de les Arts
De grúas y proyecciones
“La Valquiria” de Wagner. P.Seiffert, M.Salminen, J.Uusitalo, P.M.Schnitzer, J.Wilson, A.Larsson, etc. Orquesta de la Comunidad Valenciana. La Fura dels Baus, drección de escena. Z.Mehta, dirección musical. Palau de les Arts. Valencia, 5 de mayo.
Antes de asistir a una ópera hasta el crítico tienen referencias previas. Las de las dos primeras jornadas del “Anillo” valenciano no podían ser mejores. Por una casualidad toca revisar “Walkiria” antes que “El oro del Rhin”. El inicio no pudo ser más espectacular, emocionante y acertado. Una estupenda proyección que ocupaba completamente la escena nos trasportaba a toda velocidad, sobre los acordes graves de la cuerda, a una huida en un bosque contemplada desde una cámara en la espalda de quien huye. Aparece una figura humana y aparece un lobo. “Lobo, llamaban a mi padre y lobezno me llamaban a mí” confesará Siegmund en seguida. La Fura se ha estudiado el libreto a conciencia. Este detalle, esta profundidad de conocimientos continuó durante toda la obra, lo que no es frecuente en las puestas en escena de los “modernos”. La Fura parte del texto y lo transporta a la escena con las tecnologías y lenguajes actuales respetando letra y espíritu. Preciosa la resolución del árbol que alberga la espada “Notung” y los efectos, como la llegada de la primavera, que acompañan el encuentro de Siegmund, Sieglinde y Hunding. Este altísimo nivel no se logra mantener en los dos actos restantes, con relajaciones dramático-escénicas en algunos momentos, con un cierto abuso de proyecciones y el triunfo del lenguaje oscuro de las grúas, que simulan los caballos de los dioses. Algunas iluminaciones son mejorales y el mecano, muy al estilo de las torres de los autores, no aporta nada y, lo que es peor, distrae en la lucha final entre Hunding y Siegmund. En cambio era de esperar mucho más en la escena de la célebre cabalgata, donde no se llegó a la magnificencia de Peter Hall en Bayreuth. Me dicen que “El oro del Rhin” resulta mucho más redondo. Les contaré.
He mencionado expresamente Bayreuth y, digámoslo claramente, ya quisieran allí haber contado con un nivel musical similar. Zubin Mehta hace sonar a la magnífica orquesta con la fuerza que se echó de menos en Thieleman. Es obvio que el Palau no suena como Bayreuth, pero Mehta está que se sale. Probablemente no haya hoy mejor Siegmund que Peter Seiffert, aunque la voz haya perdido parte de su belleza y frescura al abordar repertorios más pesados. Matti Salminen resulta simplemente insuperable como Hunding, todo un lujo. Jennifer Wilson, muy a la vieja escuela, canta con poder, triunfa en los temibles “does” y no grita. Juha Uusitalo debuta como Wotan con más seguridad y sin los problemas de Falk Struckmann en Bayreuth, aunque quizá su concepción resulte demasiado lírica. La Fricka de Anna Larsson baja algo un nivel envidiable para cualquier teatro de primerísimo línea. Dicen que el Real va a reponer la “Tetralogía” de Decaer con López Cobos en el foso. Yo me lo pensaría dos veces mientras la de Valencia esté activa. Gonzalo Alonso
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