¿Merecen la pena conciertos así?
¿Merecen la pena conciertos así?
El Teatro de Wiesbaden abre sus puertas e invita a Günther Groissböck realizar el primer recital con público en plena emergencia sanitaria
El Staatstheater Wiesbaden ha sido el primer teatro en abrir sus puertas con una programación alternativa para la temporada 19/20, que se cortó repentinamente por el incesante avance del cormonavirus en todo el mundo. Este teatro, que este mes debería estar inmerso en su Festival de Mayo, ha preparado un programa especial hasta el 6 de junio que incluye la participación de Michael Volle, Gabriela Scherer, Andreas Schager, Klaus Florian Vogt y René Pape.
Günther Groissböck ha sido el protagonista del primer recital con público en plena emergencia sanitaria, un concierto que ha testado además las medidas de seguridad para público, artistas y trabajadores y quedará como ejemplo de la llamada nueva normalidad.
Schiller fue la inspiración para el programa, titulado “Mein Geist dürstet nach Taten, mein Atem nach Freiheit”, e incluyó obras de Schubert, Carl Loewe y Mahler. Alexandra Goloubitskaia le acompañó al piano.“A pesar del reducido aforo”, indican los diarios alemanes, “hubo abundantes aplausos y ovaciones”.
Sin embargo, la interpretación de Groissböck podría quedar eclipsada por las normas de seguridad e higiene que permitieron el concierto: público cubriéndose nariz y boca con mascarillas o pañuelos; el registro de los datos del público con la compra de entradas; la distancia interpersonal de metro y medio – que dejó la platea con 3 asientos de separación entre persona y persona -; turnos de entrada y salida; e instalaciones de higiene y desinfección por todo el teatro.
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