Milva, dama de la canción italiana, falleció a los 81 años

Empezaba el año 1965 cuando vi y escuche por vez primera a Milva, luego vendrían muchas más. Un año antes, yo era poco más que un niño, me había enterado de la existencia del Festival de San Remo tras la victoria de la ragazza d’aqua e sapone en Eurovisión con “No tengo edad”. Gigliola Cinquetti había vencido antes en San Remo. Entonces se retransmitía por Eurovisión con Federico Gallo como locutor. Milva me deslumbró cantando “Vieni con noi”. Participó en este festival nada menos que quince años, pero nunca se alzó con la victoria. Tan solo un segundo puesto con “Tango italiano” en 1962, una canción que daría la vuelta al mundo también en versiones de Connie Francis, Caterina Valente, Frankie Laine, etc. El festival le otorgó en 2018 el premio a toda su carrera. Aquel ‘65, sin duda de oro en la música italiana, participaron otras dos damas en el certamen: Ornella Vanoni e Iva Zanicchi. Las grandes voces de la música pop nos han introducido a muchos en la ópera y ellas, junto con Mina, lo hicieron conmigo apenas un par de años después.

Pero la conocida como la “Rossa” de la canción italiana, tanto por el color de su cabellera como por la canción que le escribió Enzo Jannacci o la “Pantera di Goro” por su nacimiento, fue mucho más que una gran cantante pop. Sus más de 170 discos publicados, los más de 80 millones de discos vendidos en todo el mundo, son cifras alcanzadas por pocos. Habilidad comunicadora, versatilidad y pasión fueron sus bazas. Se la rifaron compositores como Franco Battiato, Ennio Morricone, Astor Piazzola o Luciano Berio. Su repertorio incluyó a Teodorakis, Vangelis, Martinne Clemenceu…

Conquistó también Alemania, cantando en aquel idioma y prodigándose en los mundos de Weiss y Brecht. No sólo cantando, sino incluso como actriz, como antes hicieran Marlene Dietrich o Lotte Lenya y después Ute Lemper. Fue mimada por Giorgio Strehler. Llevó a la Piccola Scala “Diario dell’ assasinata” de Negri, “La vera storia” de Berio, la “Ópera de los tres peniques” de Brecht  y el espectáculo “Cantos de la libertad”, debutó en el Carnegie Hall neoyorquino en 1973, cantó a Piaf en el Olympia parisino…

Estuvo prohibida en España en tiempos de Franco por la canción “Los cuatro generales” incluida en el antes citado álbum de cantos de libertad, pero la pudimos ver en el Teatro María Guerrero en 1985 con un programa dedicado íntegramente a Brecht. Fue el delirio.

Muchas gracias, Milva, por habernos ayudado a muchos a descubrir la buena música, que sólo es una. Gonzalo Alonso