Ciclo de la OCNE
Popular pero infrecuente
Obras de Tschaikovsky, Bernstein y Górecki. Olga Pasichnyk, soprano. Orquesta Nacional de España. Marc Minkowski, director. Auditorio Nacional. Madrid, 6 de febrero.
La presencia de Marc Minkowski en el podio de la ONE volvió a demostrar la importancia de un director al frente de una orquesta. La ONE sonó segura, potente y flexible bajo el mandato de sus manos, que no batuta puesto que Minkowski no usa de ella. Resulta curiosa la evolución de muchos de los maestros que un día apostaron por la interpretación historicista y se especializaron en un tipo de repertorio clásico o barroco. Minkowski ha cambiado hace años y para la ONE eligió un programa compuesto por tres obras muy populares pero infrecuentes en las salas de conciertos. La “Obertura 1812” de Tchaikovsky no se toca casi nunca, quizá porque es imposible ofrecerla con todos los efectos especiales a los que estamos acostumbrados en las grabaciones. A Bernstein se le tiene injustamente marginado, cuando su “West side story” es una obra maestra en la combinación de músicas clásica y popular y las denominadas “Danzas sinfónicas” –que no son solamente tales- representan un buen y breve compendio, espectacular si se toca bien como hicieron maestro y orquesta. Era patente que se lo estaban pasando bien con la partitura.
Quizá no disfrutaron tanto con el minimalismo “santo” de la “Tercera sinfonía” de Górecki, obra que sorprendentemente llegó a ser la más vendida discográficamente en los años noventa. Notas reiterativas en una clama total que llegan al público sobre todo por su capacidad para la abstracción y relajación. Cantó bien la soprano Olga Pasichnyk y Minkowski acertó a transmitir toda su serenidad. Hubo casi lleno en la sala e incluso silencio. Lo pidió con éxito el director en las explicaciones –superficiales y en inglés- que ofreció al inicio de cada pieza. Mucho y merecido éxito. Gonzalo Alonso