Mozart sin ajuste
Juventudes Musicales
Sin encaje
Obras de Mozart. Katia y Marielle Labeque, piano. English Baroque Solists. J. Eliot Gardiner, director. Auditorio Nacional. Madrid. 3 de febrero.
Mozart, las hermanas Labeque y Gardiner componían uno de los platos fuertes de la estupenda programación del ciclo de Juventudes Musicales. Las giras tienen sus limitaciones de fechas y el Auditorio Nacional, con su saturación, también las suyas. Gardiner terminó el concierto mirando el reloj –la una menos cuarto- para excusar la ausencia de propinas ante un público entusiasmado. Y es que, sinceramente, no son horas. No se si el libro blanco de la adaptación de horarios a Europa tendrá también previstos los conciertos madrileños.
A esas horas habrían bastado en el programa las espléndidas sinfonías n.39 y 40, la una dominada por los colores melancólicos de los clarinetes y la otra tan monumental en su construcción. Ambas fueron expuestas con sus seriedades, transparencias, tempos y vibraciones por un Gardiner siempre admirable en este repertorio. En esta ocasión no hubo posibilidad de lucimiento para las guapísimas Labeque, trajes y peinados de época aparte. El “Concierto en mi bemol mayor K.365” es una joya llena de vida y gozo musical, pero no puede tocarse con dos pianos al modo de los del periodo, con apenas volumen y menores posibilidades de matización, y con una orquesta de treinta y dos cuerdas sonando sin recatos, porque no es posible el encaje. Gonzalo Alonso
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