MÚSICA EN PALABRAS

Como todo el mundo sabe, Alfred Brendel ya hace tiempo que dejó de tocar en público. Pero no ha dejado la música. Ahora da conferencias, desarrollando así otras de las facetas de su creación, incluso para muchos no la menos importante: hablar de música. Normalmente los músicos suelen decir que la música y el lenguaje de las palabras forman conjuntos disjuntos; que no se puede explicar con palabras aquello que solo lo es mediante el sonido. Pero algunos rompen esa regla, rígida y probablemente un tanto clasista, para adentrarse en exposciones más o menos literarias cuya coherencia, y a veces belleza, nos ha asombrado. He ahí los casos de Bernstein o Alejo Carpentier, cuya didáctica y prosa musicales, respectivamente, siempre resultaron fascinantes.

      No hace mucho pude asistir a una de esas clases magistrales de Brendel, y, como era de esperar, fue un espectáculo. Brendel  habla de cosas, de cosas de la música con un criterio que él mismo reconoce como subjetivo a ultranza, y lo hace adentrándose incluso en un terreno que conoce como pocos, y que es el paradigma de la subjetividad: la interpretación musical. Pero lo hace opinando sobre todo y todos, no dejando títere con cabeza. Claro, es lógico que uno no esté de acuerdo en que un intérprete se arrogue el derecho de ser juez y parte a la hora de juzgar otras interpretaciones que no sean las suyas. Sin embargo, las apreciaciones del ex pianista son tan atractivas que al final uno cae rendido ante sus garras dialécticas. Las conferencias de Brendel se convierten así en una mezcla al cincuenta por ciento de reflexión intelectual y opinión de abuelo cebolleta que viene de vuelta, siempre de un atractivo irresistible. Comprenderán que no puedo dejar de recomendar la asistencia a semejante espectáculo.

     En esta ocasión, la charla versará acerca de una obra increíble por muchas razones. Una música con la que los pianistas se dan de bruces en el intento de dar continuidad y sentido a su decurso, de un autor del que Brendel  ha dejado escritas  maravillas. Será un placer comprobar cómo Brendel  nos explica las claves de la Sonata en Si menor, de Franz Liszt;  la manera de conseguir  -cuando se interpreta- lo que realmente es la página,  una materia musical única y maravillosamente fluida,  y no una suma de episodios con mayor o menor relación, que es lo que casi todos los pianistas acaban entregándonos.

    Este concierto es el primero de una serie  que organiza la marca  Festival de Música Clásica x Contemporánea, e incluye la presencia de dos pianistas (en activo, estos sí), para interpretar la mencionada sonata y para protagonizar un estreno absoluto de Mauricio Sotelo, Ancora un segreto, que es un homenaje al propio Brendel, un hombre que además de ocuparse de Beethoven o Schubert, llevó a sus atriles un buen número de obras de su tiempo. Pedro González Mira

Alfred Brendel, lección magistral. Juan Carlos Garvayo, Louis Lortie,  piano. Sábado 4, 19.30. 15 y 20 €.