Crítica: La gran Netrebko y su potente “ensalada mixta” en el Maestranza
La gran Netrebko y su potente “ensalada mixta” en el Maestranza
Obras de P. I. Chaikovski, S. Rajmaninov, N. Rimski-Korsakov, R. Leoncavallo, L. Delibes, F. Cilea, R. Strauss, V. Bellini, F. Chopin y S. Prokofiev. Anna Netrebko (soprano), Elena Maximova (mezzo). Pavel Nebolsin (piano). Programa: Chaikovski, Rajmáninov, Rimski-Kórsakov, Leoncavallo, Moszkowski, Delibes, Cilea, R. Strauss, Bellini, Chopin y Prokófiev. Teatro de la Maestranza. 14/02/2025.

Netrebko concierto Maestranza Foto: Guillermo Mendo
Tres días consecutivos en el Teatro del Maestranza con gran contenido y expectación: el pianista Daniil Trifonov y la soprano Anna Netrebko, ambos rusos como preludiando lo que se le puede venir encima a Europa, y la ópera de Gluck “Ifigenia en Tauride”. Las entradas para la soprano se agotaron a las pocas horas a precios casi de ópera y, de hecho, no sólo los críticos contaron con una sola entrada, sino que algunos muy conocidos no la tuvieron. La tremenda ovación inicial no se la esperaba la artista y se la merecía, no sólo por ser quizá la que encabece el ranquin en la actualidad, sino porque presentaba un programa largo y exigente, toda una demostración de aquí estoy yo. En esto entra su gusto personal, bastante discutible, que la llevó a un repertorio “gemüsse salat” -empleo el término recordando que en el hotel Bayerischehoff muniquense tendrá lugar una cumbre muy relevante sobre nuestro porvenir-, una ensalada mixta a base de canciones rusas de Chaikovski, Rajmaninov, Rimski-Korsakov y Prokofiev, algunas de ellas preciosas y magníficamente cantadas, acompañadas por un aria de “Pagliacci” de Leoncavallo, cuya sola justificación era referirse a los pájaros también presentes en las piezas centradas en la naturaleza interpretadas previamente y en cuyo canto a una alondra de Rimski-Korsakov sostuvo hasta lo interminable una nota, lo que prodigaría más tarde exhibiendo su amplio fiato. Junto a ellas, Cilea, Lakme, Bellini, Strauss….
Pisó con autoridad el escenario, moviéndose por todo él y hasta cantando de espaldas al público. Incluso se permitió bailar con su segundo vestido rojo, lleno de volantes, casi vestida de faralaes, recibiendo un “¡Olé!” de un público que, despistado y ayudado por los artistas, interrumpió con aplausos el dúo de “Lakmé” con Elena Maximova, la digna mezzo invitada. El pianista invitado, Pavel Nebolsin, no sólo la acompañó con destreza con la tapa abierta del todo, sino que se lució en sus dos intervenciones solistas, de Moszkowski y Chopin, llenas de virtuosismo.

Anna Netrebko (soprano), Elena Maximova (mezzo). Pavel Nebolsin (piano).Maestranza
Quien empezó con el apodo “El ruiseñor de San Petersburgo” por su ligereza, ha evolucionado y es una soprano spinta, que conserva casi todo aquel registro agudo, ensanchó los graves -a veces no tan timbrados- con potente caudal. La técnica para los filados, pianos y messa di voce impresiona. Su aria de “Adriana Lecouvreur” nos hizo recordar las exhibiciones que Caballé efectuaba en ella. Y, qué decir de la magníficamente regulada aria belliniana de “Capuletos y Montescos”. Dulzura frente a la intensidad de la “Francesca di Rimini” de Rajmaninov o el “Es gibt ein Reich” de la “Ariadne” straussiana, donde, eso sí, fue la única vez que se la vio apurada y con vibrato perceptible, lo que justifica que aplazase recientemente su debut vienés en este título, admitiendo que no se encontraba preparada. Puestos a detalles, su dicción en lo italiano o alemán es mejorable, como lo es también su implicación emocional en las obras, pero, en fin, eso también les ha sucedido a muchos grandes. A algunos nos trajo el recuerdo de su temprano debut en el Teatro Real con “Guerra y paz” en 2001 dentro de las huestes de Geergiev, cuando cantó con la mezzo un dúo de esa ópera. Hubo un tercer dúo, como propina, el “Non ti acordar di me”. Muchos sevillanos no la olvidarán y lo demostraron con sus aplausos por bulerías. Gonzalo Alonso
Precioso, exquisito y extenso recital. Sublime y portentosa Netrebko!!!.
Que me hubiera gustado oirla.