Norma en Jerez
NORMA,
DE V. BELLINI
Temporada
2007-2008 del Teatro Villamarta de Jerez. Intérpretes: Elisabete Matos,
Albert Montserrat, Encarnación Vázquez, Jin Seok Lee, Inmaculada Salmoral y
Pablo García. Coral Universitaria de
Cádiz. Orquesta Filarmónica de Málaga. Dirección musical: Enrique Patrón de
Rueda. Dirección de escena: Pier Paccini.
Escenografía: Tobia Ercolina. Vestuario: Massimo Poli. Producción del Teatro Verdi de Pisa. Fecha: Sábado, 6 de octubre. Lugar: Teatro Villamarta de Jerez. Aforo: Lleno.
No había aún sonado en el Villamarta,
en sus diez años de nueva andadura, la música de Vincenzo Bellini, uno de los
repertorios vocales imprescindibles a la vez que exigentes en materia de
intérpretes. Quedan aún por el mundo muchos nostálgicos del pasado, los que
alguna vez han sido denominados viudos de
la Callas que piensan que desde la desaparición de la cantante
greco-americana no ha habido ni habrá Normas. Afortunadamente están en un error
(error de amor, lo llamaría Cansinos
Asséns) y el teatro jerezano ha podido contar con una impecable y emocionante
sacerdotisa gala en la persona de Elisabete Matos. Su timbre oscuro, su
amplitud de registro, la riqueza de colores de la voz y la pasión desbordante
de su fraseo hacen de la portuguesa la cantante ideal para el personaje. Es
verdad que atacó el famoso Casta diva
con algo de frialdad y de rigidez en la coloratura y en los trinos, pero
también es verdad que es el primer fragmento que debe cantar, en frío. Pocos
minutos después comenzó a dictar una clase magistral de profundización
dramática y de perfilamiento vocal que culminó en momentos arrebatadores, como
todo el terceto final del primer acto y el sobrecogedor final de la obra, desde
un impresionante Deh! non volerli vittime
hasta la inmolación final. No pudo secundarle al mismo nivel el Pollione de
Albert Montserrat, más cómodo en los momentos dramáticos que en los líricos,
donde le cuesta apianar y regular una voz que fluye a como borbotones y que se
descoloca con facilidad en la zona de paso. Similares problemas técnicos
exhibió Encarnación Vázquez como Adalgisa, de voz temblorosa, fraseo rudo y
golpes de glotis en los ataques, si bien en el segundo acto dejó algunos
momentos de mayor calidad vocal. Poderosa y profunda, si bien de timbre
ingrato, el Oroveso de Jin Seok Lee, e interesante el Flavio del joven Pablo
García. La peor nota se la lleva la Coral Universitaria de Cádiz, de voces sin
educar, sin impostar y sin empastar.
A la batuta de Patrón de Rueda le
faltó el pulso y el brío de otras noches jerezanas. Ralentizó en exceso los
pasajes líricos y a menudo prácticamente anuló el sonido orquestal,
especialmente para echar una mano a la apurada intérprete de Adalgisa, con lo
que las lentas y largas melodías bellinianas se venía literalmente abajo. Una
lástima, porque la Filarmónica de Málaga tuvo la mejor noche que le he escuchado
en el foso del Villamarta, plena de empaste y con unos metales y unos
chelos de gran calidad.
La
producción de Pisa era lo que tiene ser una producción de Norma: simplicidad, corrección y dejar tranquilos a los cantantes,
que bastante tienen con sus partituras. Hubo interesantes juegos de luces y un
vestuario entre lo historicista y la ensoñación.
Andrés Moreno Mengíbar
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