NPI II
La semana pasada me refería en tono irónico a cuestiones relacionadas con el Auditorio Nacional y su nueva organización, dejando para ésta las más graves o incomprensibles.
Es cierto que no puede entenderse un cierre de seis meses para unas obras tan menores y más incomprensible aún que se hablase de “reapertura”. Pero más grave es que se nombre una comisión artística de más de una docena de personas y un director artístico para administrar el ridículo presupuesto de un millón de euros. ¿Hacen realmente falta unos y otros y cuánto cobran? ¿Qué habrá visto López López para abandonar su residencia parisina a cambio de asunto de tan poca importancia o es que lo va a abordar desde allí? Pero, además, hay un gerente -Enrique Carajuel- y otros dos cargos que antes carecían de trascendencia -Luis Alonso, Consuelo Martínez- para los mismos cometidos reales de siempre.
¿Qué sentido tiene que se exija a los promotores que alquilan la sala los programas de sus conciertos para 2010 cuando a veces ni ellos mismos saben más que los nombres de los artistas? Porque, es de suponer, que no se pretenderá “guiar” sus actividades. ¿Qué pinta López en la contratación de publicidad en banderolas?
Y así muchas otras actuaciones absurdas que este espacio no permite abordar. Sobran asesores y falta el sentido común elemental de preguntar a quienes llevamos visitando el Auditorio varias veces a la semana desde hace casi veinte años. Todos sabemos que ni la cafetería ni la tienda de discos van a funcionar. Todos sabemos que al público le hace falta una cosa tan simple como un folleto con la programación trimestral íntegra de lo que dentro de él tiene lugar. Y así muchas otras cosas, de las que el INAEM podría tomar nota sin coste alguno, pero parece que no se trata de que el Auditorio funcione mejor, sino de autobombo y de repartir dávidas entre los amigos. Esperemos que en otro importante centro cultural nacional no empiece también el nombramiento de “asesores expertos” que suplan lo que es responsabilidad obligada de un buen director.