Queridos Reyes Magos: no hemos sido malos
Queridos Reyes Magos: no hemos sido malos
Hoy deberán haber pasado los Reyes Magos por nuestros hogares. El hogar de la música tiene muchas necesidades y los tres insignes viajeros no nos hicieron caso en ninguno de nuestros deseos del pasado año –pueden comprobarlo tecleando aquí- pero no nos desanimamos y, además de insistir en aquellos, añadimos unos cuantos. Sabemos que son muchos y probablemente suponen demasiado peso para sus camellos, pero esperamos que alguno llegue. Perdonen sus Majestades nuestra franqueza en las nuevas peticiones.
A John Axelrod, un par de maletas con el traje de torero dentro para que abandone Sevilla urgentemente y la libere así de sus provincianas americanopayasadas y catetadas.
A las revistas de música, sabiduría y dineros para poder así dejar de desprestigiarse vendiendo sus páginas y portadas al mejor postor, lo que no pasa sino por su fusión. No hay país con tantas.
A Riccardo Muti, sal para compensar esa sosería que tanto deslució el último Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena.
A Alfonso Aijón, el gran homenaje que los músicos, la música, las instituciones y la cultura española tanto le debemos y vitaminas para que cada año pueda seguir subiendo montañas más altas.
A Gustavo Gimeno, un huequito en su agenda para que ¡por fin! debute con la OCNE.
A ABAO, que no les vuelvan de dejar colgados con un piano en el foso o con la Sinfónica Verum en él -¿en qué división quiere jugar ABAO?- y la dimisión de su Junta Directiva, responsable de una muy cuestionable gestión desde hace años.
Que los teatros de ópera españoles arrinconen localismos para nombramientos de responsables artísticos y piensen en el interés del espectador.
Que el Palau de les Arts tenga un nuevo intendente sólido, honesto y gestor.
Que la justicia se ponga las pilas y resuelva de una vez la situación de Helga Schmidt sin las presiones políticas que la quieren como cabeza de turco para que no salga la realidad.
Que el Teatro Real vuelva a ofrecer “El Anillo del Nibelungo”, ausente de su programación desde hace demasiado tiempo.
Que se cuente en mayor medida con cantantes españoles en nuestros teatros, particularmente en el Real. Que haberlos, haylos.
Que en el Liceo terminen las tensiones del coro y de la orquesta y los recortes de subvenciones y ayudas públicas… que encuentren a un nuevo Director General para marzo y que la elección no tenga que ver con presiones políticas entre ERC y Convergència, sino con un acertado curriculum.
Que en el Maestranza terminen las broncas en general y las de Axelrod y Halffter en particular…
Que en este coliseo, que es de impronta nacional, como en otros, se abra una definitiva senda que permita la recuperación de títulos de nuestro patrimonio; que hay muchos, algunos con su partitura revisada, que merecen la pena.
Que la Ópera de Munich tome pronto una decisión sobre sus próximos responsables artístico y musical y que no sea lo que se apunta, al menos en parte.
Que Jonas Kaufmann deje de anular compromisos y repase su técnica de canto, a fin de que no arruine nuestros bolsillos en viajes inútiles.
Que a Plácido Domingo le llegue la partitura de “Falstaff” y, meditando sobre su protagonista, le entre el miedo a acabar alguna vez metido en un cesto y arrojado al agua.
Que también medite Pires y regrese.
Que las orquestas españolas dediquen algo más de espacio a la creación de nuestros músicos y que practiquen una efectiva política de reestrenos.
Que la Orquesta de la RTVE regrese al Monumental y que, para ello y por tanto, se aceleren las obras –tanto tiempo aplazadas- de este recinto.
Que David Afkham renueve en la OCNE sin condiciones para terceras personas.
Que a la Orquesta de Granada les lleguen las pagas extraordinarias que les deben desde hace cinco años y les proporcionen vestuario, para que su próxima forma de presión no sea salir desnudos a tocar.
Que se consolide de una vez el Festival Turina de Sevilla, para lo que tienen que espabilar las entidades públicas y privadas.
Que las autonomías estén más pendientes de echar una mano a las distintas asociaciones operísticas que pululan por nuestro país y que sobreviven malamente haciendo ímprobos esfuerzos. No es de recibo que, además, las pírricas ayudas públicas, cuando existen, se retrasen tantos meses.
Que los modernos directores de escena se empapen de la música y de la letra de las óperas a su cargo a fin de evitar tantas y tantas tropelías que traicionan además el espíritu y las intenciones del compositor. Y que traten de ser menos originales y más respetuosos. Lo que no está reñido con abrir nuevas vías de expresión y de huir de la literalidad y el cartón piedra.
Que todos los trabajadores del sector musical dejemos de soñar con volver a los años dorados de antes de la crisis, que nunca volverán, y nos pongamos las pilas. Sixtus Beckmesser
Posdata:
Uno. A Vladimir Putin. Que convenza a su amiga Anna Netrebko para que cante el papel de abnegada esposa en la ópera que…
Dos. Le pediría a Joan Matabosch encargara a Josep Pons para ser estrenada en el Gran Teatre del Liceu, y cuyo libreto habría de ser redactado por…
Tres. Isabel Coixet, con un título sugerido: ´La Fugida d’un President´, para, después, poner un anuncio en TV3 en busca de patrocinadores (abstenerse empresas radicadas en Tabarnia)
Cuatro. Le pediría a Mariano Rajoy que intercediera ante su amiga Angela Merkel, para que convenciera a Christian Thielemann para que sus amiguetes del AfD diseñaran la puesta en escena, y, de paso, y a cambio de unas cuantas lecciones de interpretación wagneriana, persuadiera a Daniel Barenboim para encargarse del estreno absoluto, con la sugerencia añadida de invitar al palco de honor a Benjamin Netanyahu y Donald Trump, para así…
Y cinco. Poder pedirle a los tres reyes no magos, Putin, Trump y Netanyahu, y de una puñetera vez, un Estado para el pueblo palestino.
Dios mediante.
Últimos comentarios