Nuevo teatro y festival en la CAM
Anteayer fue presentado el Teatro del Escorial que será inaugurado el 3 de julio. La historia hasta llegar a ese día es poco conocida. Estamos ante uno de los pocos proyectos de equipamiento musical cuya construcción no ha generado polémica alguna. Quizá ésta llegue a la hora de los contenidos. En 1999, en una reunión en la CAM con la participación de su Presidente, el del Patrimonio Nacional, el Alcalde de San Lorenzo, el Consejero de Cultura y varias personas muy vinculadas al Real Sitio, se decidió poner en marcha un proyecto del que se venía hablando sin llegar a ninguna concreción. De Salzburgo se pasó a hablar de Glyndebourne y, con respeto ecológico, se decidió su actual emplazamiento en pleno centro del pueblo, en vez de en la presa de Abantos. El desnivel del solar posibilitaba elevar una caja escénica sin que el Monasterio se viese afectado. Un pinsapo centenario, ocupa un lugar privilegiado en el complejo. Mientras el terreno se vaciaba, se construyó un forjado a su lrededor para proteger las raíces. Frente a otros equipamientos, diseñados inicialmente como auditorios y malamente transformados después en salas polivalentes, desde un inicio se pensó en un teatro de ópera. También se contó desde el comienzo -lo que no suele ser habitual- con la colaboración de un asesor técnico -José Luis Tamayo- y otro acústico -Vicente Mestres- que guiaron a los arquitectos.
En algún momento se ha hablado de la sinrazón de un teatro así en una localidad de tan reducida población, pero nunca se pensó exclusivamente en ésta sino en la proyección nacional e internacional de su nombre y en su proximidad a Madrid. El nuevo teatro, como el ahora estancado proyecto de un parador, eran parte de una idea mucho más amplia que convertía a esta zona de la Sierra Norte en un foco de irradiación educativo-cultural.
La Comunidad de Madrid ha de continuar con el fuerte compromiso político con el que empezó el proyecto hasta llegar a convertirlo en una referencia, no sólo con un festival temporal sino con una actividad permanente con escuelas de artes y técnicas relacionadas con la escena, sede de la JONDE, etc. Lo importante no es en continente sino los contenidos.
Gonzalo ALONSO
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