PANTALLA GRANDE

Sorprende el ambiente y el público que llena las salas donde se retransmiten óperas en vivo. Gente de todas las edades que guardan muchísima más compostura que quienes acuden a teatros o salas de conciertos. Hay bolsas de palomitas y vasos de Cocacola, pero no suena un móvil, no se tose, no se cuchichea y, al final de la transmisión, los espectadores permanecen sentados hasta el último saludo de los intérpretes y el último título de créditos. Esta pasada semana se ha iniciado temporada con “Anna Bolena” en directo desde el Met y “Adriana Lecouvreur” en diferido desde el Covent Garden, con repartos estelares: Netrebko como Anna, Gheorghiu como Adriana y Kaufmann como Maurizio.
Peter Gelb, director general del Met, es un genio de la comunicación. La retrasmisión tiene todo el glamour de un producto hollywoodiense. Antes de la obertura, él mismo entrevista a Netrebko, Renné Fleming hace de presentadora y otras como Deborah Voight hablan con el restante musical y técnico. Sólo falta un crítico adoctrinado que alabe las bondades de todos. Afortunadamente Marañón y Muñiz han podido convencer a Mortier de la conveniencia de prestar atención en el Real al proyecto audiovisual, ya que es algo imprescindible hoy día.
Lo de menos es lo concreto de un espectáculo determinado: si Abdrazakov resultaba monocromo como Enrique VIII, si Stephen Costello podía enterarse de lo que es un piano, de si la voz de Gubanova es o no grata o de si Netrebko –que está impresionante en la conjunción vocal y escénica a pesar de haber engordado a raudales- emula o no a Callas, Genzer, Sills o Caballé. Lo importante es que se participa en un espectáculo que reúne calidad y, aunque en cine, mantiene el calor de un público que comparte el evento. Nada que ver con una audición en casa. La imagen es perfecta, con casi una docena de cámaras por el teatro enfocando escenario, público, backstage y camerinos. El sonido suficiente, quizá un punto excesivo en la saturación. Guión y realización, modélicos. Así se hacen las cosas y hasta los rusos se han apuntado a las retransmisiones desde el MET, no en vano participan tres paisanos en papeles principales. También lo hará finalmente Italia con “Don Giovanni”. Once título se ofrecerán de octubre a abril, de forma que por 15€ la sesión se puede ver casi toda la temporada de Nueva York. Una alternativa real en tiempos de apretarse el cinturón. Gonzalo Alonso