La Ópera de Oviedo levanta la voz
La Ópera de Oviedo levanta la voz
Su presidente, Juan Carlos Rodríguez Ovejero, pide más ayudas para la temporada lírica, que desde 2018 no ha visto incrementada la cantidad que percibe del Ministerio de Cultura
Germán Coppini y Golpes Bajos cantaban aquello de “malos tiempos para la lírica”, un estribillo machacón y pegadizo con el sello y el signo de la Movida, ese pasado que siempre tenemos en la punta de la lengua. No son estos buenos tiempos para casi nada. Para la cultura, tampoco. Y para la lírica algunos o bastantes pensarán que menos. Aunque hay situaciones como esta que vienen ya de atrás y que algunos califican como un mal endémico. Aún sin apagarse el fuego derivado del aplazamiento en plenos ensayos -y que ha sido aplazado hasta dentro de dos temporadas- de “Il barbiere di Siviglia” en el malagueño Teatro Cervantes, la cordillera norte protesta. Concretamente Oviedo ha levantado la voz ante lo que se puede considerar un agravio comparativo con respecto a la temporada operística de la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (ABAO), menor en número de títulos, pero que sí ha visto doblada la cantidad de las subvenciones que recibe en el año en curso. Desde el mundo de la cultura de la región se preguntan por qué motivo Cultura les ha “castigado” con la misma cantidad recibida que el tremendo 2020, ni un euros más.
Si repasamos los últimos cinco años veremos que la Fundación Ópera de Oviedo tiene una subvención nominativa que en 2017 ascendió a 358.750 euros y en el año siguiente se incrementó a 408.750 (un aumento mínimo de 50.000 euros), cifra que se ha mantenido durante 2019, 2020 y este 2021, según datos facilitados por el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música (Inaem). La pregunta se repite de manera machacona entre los responsables líricos ovetenses: por qué Oviedo, que no ha cancelado ni uno solo de los títulos de su temporada no se ha visto favorecida con un incremento en la cantidad percibida y Bilbao, que sí tuvo que cancelar y que ha puesto en escena un número significativamente inferior de representaciones (siete funciones de “Il turco en Italia”, único título que se ha representado esta temporada frente a las 28 de los cinco títulos, el primero de ellos doble, programados en el Teatro Campoamor) ha salido más beneficiada.
Casi tres millones de presupuesto
La ABAO es la que mayor aportación del Gobierno central recibe, con 620.000 euros, más de 200.000 con respecto a la ovetense, es decir, un 25,6 por ciento del total del presupuesto, que es de 7,3 millones. El de la Fundación Ópera de Oviedo alcanza los 2.942.707 de los que casi un millón, es decir, el 33,9 por ciento, proceden de ayudas públicas.
Juan Carlos Rodriguez Ovejero, presidente de la Ópera de Oviedo, quiere destacar el “enorme esfuerzo que se ha hecho por parte de todos”, incluyendo las administraciones, claro está. “Nos propusimos montar la temporada y no prescindir de ninguno de los títulos y lo conseguimos. Es más, cuando tuvimos que cerrar el teatro en diciembre porque no había más remedio, impresionaba ver a los cantantes y a todos el equipo llorar. Acababan el ensayo general y el Campoamor cerraba la puerta. Menos mal que se pudo hacer ese “tour de force” y conseguir compatibilizar dos títulos casi simultáneamente, “Madama Butterfly”, que se cambió de fecha, y “Fidelio” durante el mes de diciembre. Ahí se volcaron todos, músicos, técnicos, artistas y público. Y no puedo dejar de decirlo”, declara. Del director de escena Joan Anton Rechi, que hizo posible ese “milagro” asegura que “hay que levantarle un monumento al ser capaz de buscar una solución tremendamente inteligente como es montar una escenografía con dos espacios diferentes y que ha quedado grabada para siempre en la mente de todos”.
Objetivo: ser reconocidos
Que otros teatros, compañeros de fatigas y de profesión, reciban un aumento en las subvenciones “nos parece muy bien en estos tiempos tan complicados; lo que queremos es que se reconozca el trabajo que hemos hecho. Y por eso levantamos la mano y pedimos que nos ayuden para poder seguir adelante. Nos encontramos en ese momento en que pedimos ser reconocidos. La crisis fue tremenda y nos adaptamos. Ahora soñamos con poder hacer lo que teníamos deseo de hacer”, señala. Y en ello están. Sus credenciales hay que medirlas, subraya el presidente, en “esfuerzo”. “Necesitamos más ayuda para equilibrarnos”, añade. ¿Y de qué cantidad estaríamos hablando para poder respirar más tranquilos? Rodríguez Ovejero se muestra cauto y mira a unos años atrás: “Querríamos llegar a los niveles de hace ocho o diez años, antes de la primera crisis grande. Si ahora estamos en un presupuesto de casi tres millones, aumentarlo hasta los tres millones y medio o cuatro con cinco títulos”. La ocupación en la temporada 2020-2021, pandemia por el medio, ha sido del 43 por ciento con un total de 16.800 personas que disfrutaron de las representaciones.
Como objetivo nada baladí, conseguir el apoyo de empresarios y particulares, así como el acercamiento de la ópera al público de menos edad, desterrar poco a poco esa coletilla de que el género lírico es “elitista” y “para mayores”: “No hay más que ver proyectos como el Zarza del Teatro de la Zarzuela para darse cuenta de las ganas que tienen los jóvenes de acercarse a la ópera y la zarzuela. Modelos de este tipo son lo que hay que intentar copiar. No obstante, las circunstancias territoriales nuestras son bien distintas a las de Madrid”, explica.
Mientras llega, la temporada que viene volverá un habitual de la casa, Emilio Sagi (inaugurará con la verdiana “Nabucco” y hará doblete con “La Bohème“, de Puccini),”que es un lujo para España. Contamos con él siempre y se adapta perfectamente a nuestra situación”. Tan habitual es para él el Campoamor que una sala de ensayos ya lleva su nombre. Lo hará también la soprano Ermonela Jaho, que cantó la última función de “Butterfly”, en esta ocasión con “Adriana Lecouvreur”, de Cilea. El segundo teatro de ópera con una temporada más antigua después del Liceu quiere que se le escuche. La primera representación fue el 17 de septiembre de 1892. El título, “Los Hugonotes”, de Meyerbeer. Gema Pajares
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