La Ópera de París estudia prohibir el blackface

Miembros del personal de la institución firman un manifiesto en contra de esta práctica como maquillaje para cantantes y vestuario para bailarines

Mario Del Monaco como Otello

Tal y como anunciamos ayer en nuestras redes sociales, un cuarto del personal de la Ópera de París (400 personas) ha presentado un manifiesto en el que pide a la institución revisar la caracterización de cantantes y bailarines a la hora de interpretar personajes negros: piden la prohibición del blackface – maquillaje teatral que oscurece la piel del intérprete, muy popular en el siglo XIX y prohibida en 1960 en Estados Unidos por el Movimiento por los derechos civiles – y que el tono de las mallas y puntas de los bailarines del equipo de Ballet coincidan con el color de la piel.

El documento se ha remitido al equipo directivo de la Ópera, presidido por Alexander Neef, quien ha abierto una investigación al respecto: “Queremos favorecer la conversación sobre temas serios, que sientan que la institución les escuchará y responderá con rigor”, ha  contestado el director.

Benjamin Millepied, director del Ballet de la Ópera de París en 2015, ya señaló entonces el grave problema racista de la institución: no se contrataban bailarines negros ‘porque afectaría al conjunto’; cambio el nombre de la ‘Danse des negrillons’ del ballet ‘La Bayadère’ por ‘Danse des Enfants’ y prohibió que se oscureciese la piel de los bailarines; y declaró que “había que acabar con el racismo de la Ópera”.

En su preparación para actuar como Aida en el Festival de Verona de 2019, la soprano americana Tamara Wilson compartió su indignación por tenerse que oscurecer la piel: “Que sea lo normal no significa que esté bien”, declaró en sus redes sociales. Compañeros y público aplaudieron su decisión.

Para Piotr Beczala, que confesó que Otello es uno de sus papeles más deseados, el maquillaje ha convertido a este personaje en el foco de una polémica que no hace justicia con la profundidad de su psicología: “Por supuesto que la música sigue siendo la misma pero la ópera no solo es música, es una obra de arte total, así que los efectos visuales triplican el efecto sobre la audiencia. Esto incluye la piel negra de Otello, porque lo visual enciende la magia de las emociones”. Además, precisa, el color de la piel de este personaje es determinante para entenderlo: “Otello tuvo que trabajar tres veces más porque era negro. Es una lástima que nos olvidemos de los motivos y nos quedemos en lo superficial. En la ópera cada elemento cuenta”.

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