ÓPERA RARA…Y RARÍSIMA
ÓPERA RARA… Y RARÍSIMA
Esta semana (viernes 16 a jueves 22) podremos escuchar en Madrid dos óperas de infrecuente presencia en los teatros. La una, Hänsel y Gretel, del compositor alemán Hengelbert Humperdinck; la otra, Niobe, regina di Tebe, del italiano Agostino Steffani. La primera será representada en el Teatro Real, en una producción que triunfó en el Festival de Glyndebourne de 2008; la segunda será entregada en el Auditorio Nacional en una versión de concierto. El director de escena de la primera es Laurent Pelly, es decir, el autor de la inteligente puesta en escena de La hija del regimiento recién vista en el teatro de la Plaza de Oriente. En la segunda, los reclamos son la propia música y la presencia del contratenor Philippe Jaroussky, que, recuérdese, ya intervenía en uno de los últimos proyectos (como los llama ella) de Cecilia Bartoli, y que giraba en torno a la figura del, al menos, singular Steffani. Bartoli se asoció con la novelista Donna Leon para producir Mission, basada en la fascinante vida del cura y espía vaticano (recuérdese también que Donna Leon es la inventora de Brunetti, cuya serie hemos visto en la 2 de TVE; la historia de un inspector que tiene una casa en el centro de Venecia desde cuyas terraza se puede contemplar el Gran Canal y una esposa superguapa que además cocina la pasta como nadie). En Mission se recopilaron 25 arias y dúos de óperas de Agostino Steffano (Castelfranco, 1654-Frankfurt-1728), cuatro de las cuales las cantaban Bartoli y Jaroussky juntos. Y tal ´proyecto´ estaba apoyado por la novela negra de Leon ´Las joyas del Paraíso´. En fin, cosas de la Bartoli. Pero de todo aquello –hace ya dos años- quedó un posible reto: llevar al concierto no ya ´trocitos´ sino una ópera completa. Y Antonio Moral, que en el fondo es una Bartoli en señor y con barba, le pilló la idea y hela aquí transformada para su ciclo Universo Barroco, probablemente la joya de la corona de las actividades del hiperactivo CNDM, que espero conserve su nervio (y al propio Antonio) durante muchas temporadas más, para solaz de los aficionados a músicas que huyen del aburrimiento. Pero esta Niobe, Regina di Tebe, es algo más. Intervienen nueve cantantes, además del divo (dos contratenores, dos sopranos, dos tenores y dos barítonos), junto a la Boston Early Music Festival Orchestra, que dirigen los laudistas Paul O´ Dette y Stephen Stubbs. O sea, que el espectáculo barroco va a quedar servido en buena bandeja, para un ágape en el que se puede participar por un muy razonable precio: entre 15 y 40 €, o, unos sencillos 5 €. si se puede tener acceso a la oferta Butaca joven.
En otro contexto, un Teatro Real que estos días celebra un acontecimiento tan prosaico como el hecho de ser el teatro de ópera de Europa más saneado económicamente, y que saca pecho ante la insólita ´circunstancia´ de financiarse con sus propios recursos en un 70%, con muy buen criterio, creo yo, se quitó de encima la idea original de que Agatha Ruiz de la Prada se encargara del diseño escenográfico de Hänsel y Gretel, recurriendo a la producción de Glyndebourne, al parecer un valor mucho más seguro y, sobre todo, económico. No tengo nada en contra de la señora Ruiz de la Prada, pero también muy poco en su favor; nunca entendí bien su éxito. En realidad, aunque pueda parecer que se trata de una obra de gran interés escénico, lo que realmente merece la pena de ella es la composición musical. La historia, basada en el cuento de los hermanos Grimm, eso sí, un tanto batido en el vaso mezclador del más genuino ´light´, no llega a interesarme, a pesar de las varias interpretaciones alegórico-sociales que se puedan construir sobre ella. Sin embargo, lo que sí me parece muy importante es la música que escribió Humperdinck, seguramente el único discípulo de Wagner, incluido el buenísimo músico que fue su hijo Siegfried, que trasciende al padre con personalidad, arrojo e imaginación. Porque si es cierto que el espíritu de algunas obras maestras del autor de Parsifal (en cuyo estreno Humperdinck trabajó como asistente de Wagner) está presente en más de un momento, lo que es constante todo el tiempo en la ópera de Humperdink es el estilo sinfónico, la maestría para encontrar respuestas orquestales a las ideas musicales, transformándolas en auténtica sugerencia y misterio sonoros. Una sugerencia que en Humperdinck no alcanza –como en Wagner- el grado de éxtasis orgiástico, porque es más discreta y contenida, pero que se pone de manifiesto con alcance y, repito, a través de una pluma para la orquesta absolutamente maestra. Hacer subir esta obra al escenario del Teatro Real es, pues, un gran acierto, que debe ser recompensado por un público al que hay que decirle: seguramente no conocerá usted esta ópera: no lo dude, saque su entrada y vaya al Teatro, porque no se arrepentirá. Pedro González Mira
STEFFANO: Niobe, regina di Tebe. Gauvin, Jaroussky, Wakim, Immier, Sheehan,Engeltjes, Wey, Blumberg, Lemos, Balzer. Boston Early Music Festival Orchestra/Paul O´Dette, Stepehn Stubbs. Auditorio Nacional de Música, Sala sinfónica. Domingo 18, 18.00. Entre 15 y 40 €.
HUMPERDINK: Hänsel y Gretel. Coote, Schwartz, Skovhus, Montague, Zapata. Coro y Orquesta del Teatrfo real. Director musical: Paul Daniel. Dirección de escena: Laurent Pelly. Martes 20, 20.00. Próximas funciones: 22,24, 27 y 30 de enero; 1, 3, 5, 7 de febrero. Precio: entre 10 y 381 €. (martes 20 ). Entre 10 y 213 €. (resto funciones)
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