La Orquesta de Helsingborg veta volar a artistas invitados
La Orquesta de Helsingborg quiere consolidarse como una orquesta sostenible prohibiendo coger el avión a solistas y directores invitados
La Orquesta de Helsingborg, una de las más importantes de Suecia, reivindica la necesidad de cualquier colectivo –especialmente los artísticos – a comprometerse con el medio ambiente. Con el fin de convertirse en la primera orquesta sostenible, el director de la formación sueca, Fredrik Österling, ha prohibido a solistas y directores invitados que acudan en avión a participar en su temporada.
“Suecia se ha comprometido firmemente con el medio ambiente en los últimos años”, explica Österling, “Sin embargo, la industria de la música clásica se ha mantenido al margen. Es como si el arte siempre hubiese estado por encima de esta causa. Es precisamente lo contrario lo que nosotros defendemos, aunque para algunos pueda parecer provocador. Todos debemos contribuir a la causa”.
La Orquesta Sinfónica de Helsingborg contactará a partir del próximo mes con artistas, agencias, directores y compositores interesados en formar parte de la temporada invitándoles a sugerir proyectos o programas enteros que giren en torno a este compromiso.
El anuncio de esta idea ha desencadenado respuestas de todo tipo, desde los que consideran su filosofía como extremadamente radical, tildando a la orquesta de ‘talibanes del medio ambiente’ hasta el aplauso rotundo de esta iniciativa. El mismo día que se hizo pública, Österling fue contactado por un pianista armenio residente en Viena que se ofreció a viajar en tren hasta Suecia para participar en la próxima temporada.
“Es muy habitual encontrar músicos vegetarianos o veganos entre las generaciones más jóvenes. Muchos se cuestionan sobre su huella de CO2 y están comprometidos con la causa, por lo que estoy convencido de que no será difícil encontrar artistas que quieran cooperar con el proyecto”, señala el director. La formación ha anunciado que su ‘temporada sostenible’ dará comienzo en septiembre de 2020.
Sí, pero ¿no nos estaremos volviendo locos?
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