Pasado y futuro se dan la mano

Se trata de un histórico. El Cuarteto Prazak da conciertos por todo el mundo desde hace casi cinco décadas, cuando un grupo de estudiantes del Conservatorio de Praga, capitaneado por el violonchelista Josef Prazak, se unió para formar la agrupación. En 1986 Prazak es sustituido por Michal Kanka, y en 2010 Pavel Húla hace lo propio con el primer violín Václav Remes. Y en fin, de la agrupación original solo quedan el segundo violín, Vlastimil Holek, y el viola Josef Kluson, tras la úitima sustitución en el primer atril, plaza detentada hoy por Jana Vonaskova. Lo han tocado y grabado todo, desde Beethoven, Mozart, Haydn y Schubert hasta Brahms, Dvorak, Janácek o Zemlinsky. Pura historia.

Pero tiene mucho interés que se presenten junto a un valor joven como es el caso de la violista Isabel Villanueva. No ya por la calidad de la amalgama, sino por el valor añadido que supone para el aficionado poder tener acceso a obras maestras que rara vez se escuchan por los problemas de adaptación de la plantilla base. En este caso se trata de dos de los seis quintetos para cuerda de Mozart, los K. 406 y K 516, dos auténticas joyas del repertorio camerístico absolutamente inhabituales en la sala de conciertos.

El resto del programa es igualmente singular. Porque Isabel Villanueva  tocará (es de suponer que se haya escogido la versión para viola -o violín- y no la de trío de cuerdas) una selección de Signos, juegos y mensajes, de György Kurtág, y, se supone también, que quizá esta también intervenga en la versión del Adagio y Fuga en Do menor de Mozart, obra para cuarteto con refuerzo. Sea como fuere, un concierto que encierra muchos y curiosos –y muy musicales- atractivos. En todo caso, estaría bien que al anunciar programas como estos se especificasen más y mejor las plantillas. Pedro González Mira

Isabel Villanueva, viola. Cuarteto Prazak. Obras de Mozart y Kurtag. Auditorio Nacional de Música, Sala de cámara. Miércoles 17, 19.30. Entre 10 y 20 €.