¡Pasmado!
Pasmado me quedo al leer los Premios Líricos de 2011 a lo mejor de la lírica en España en la última temporada. Ya se sabe que en ningún premio –ni los Nobel, ni los Oscars, ni ningún otro- llueve a gusto de todos, pero hay veces en los que el despropósito es especialmente notable, como cuando en esa misma Asturias dieron uno de los Príncipes a Barbara Hendriks.
Me voy a referir sólo a uno de los galardones puesto que, la verdad, poco o nada hay que objetar al resto. Lo de premiar “Amadeu” como la mejor producción de ópera o zarzuela española es para nota. Lo es por dos motivos: las otras candidaturas y la propia valía de la candidatura. De un lado porque entre las candidaturas estaba “La vida breve” del Palau de les Arts. Esta obra es, se quiera o no, la ópera española de referencia y, por una vez, se llevó al dvd y, curiosamente, con la dirección musical y escénica de dos extranjeros que se propusieron y lo consiguieron renovar el título y hacer valer todas sus esencias. Giancarlo del Monaco diseñó una acción escénica absolutamente teatral, con un decorado mínimo pero efectivo y Lorin Maazel realizó una de las mejores direcciones operísticas de su vida con la mejor orquesta de foso del país. Tan excepcionalmente buena como excepcionalmente mala fue la del título que acompañaba a Falla: “Cavalleria rusticana”. Cantaron a muy buen nivel Cristina Gallardo-Domás y Jorge de León. Una producción así de una ópera española tardará años en repetirse.
De otro lado y respecto a “Amadeu”, baste contarles la confidencia que nos hizo uno de los críticos miembros del jurado. Estuvo en los Teatros del Canal viendo la representación dirigida por Albert Boadella y, como suelen hacer los críticos en ocasiones, decidió no escribir crítica alguna por no hacer un mal favor al teatro con su publicación. En el teatro lo recordarán, ya que les comunicó los motivos por los que la crítica no iba a aparecer. Es muy fuerte que esta producción se alce con el triunfo sobre otra de calidad indiscutible y la mejor “Vida breve” escenificada que jamás se ha visto en el mundo.
Los jurados no siempre pueden acertar en todo.