Fellner, pianismo de altos vuelos
Pianismo de altos vuelos
Se recupera este recital (Fellner canceló en su día por la muerte de su padre), con un programa retocado con respecto al inicial. Y yo mismo recupero esta sección para mi querido Beckmesser tras una temporada de reposo obligado.
El cada día más interesante Till Fellner iba a ofrecer un programa dedicado a Bach y Schumann, pero ahora se amplía con obras de Bach y Beethoven. Pensar en un programa con obras de Schumann y Brahms lleva enseguida a la conclusión de que el autor de tal idea es, como poco, un músico inteligente. Nosotros sabemos que Fellner lo es en grado sumo, además de un pianista que tiene mucho que ofrecer. Nos sorprendió desde el inicio de su carrera con discos muy comprometidos (Schubert, Schumann) y resultados brillantes, y nos ha hecho sentir una especial empatía con proyectos posteriores, entre los que sin duda destacan el ciclo de sonatas de Beethoven y los libros de El clave bien temperado de Bach. Desconozco cómo se enfrenta Fellner a semejantes empresas, pero su seriedad y buenas maneras musicales me invitan a pensar en positivo.
El programa contiene dos obras de Schumann de diferente calado, las Papillons op.2, es decir un primer Schumann, y la Humoreske op.20, una pieza de auténtica envergadura romántica. Y entre estas dos, que abren y cierran programa, Fellner sitúa seis preludios del segundo libro de El clave bien temperad, tres y tres, entre los que a su vez tocará la Op.27/1, Quasi una fantasia, de Beethoven. A primera vista parece un programa extraño, pero no lo es tanto si se escudriña un poco en los interiores de estas músicas, unas veces presumiblemente pensadas con mentalidad pedagógica, otras para ejercer de manera pura el incontrolable ejercicio de la imaginación sonora. No es necesario hacer un relato musicológico para explicar los entresijos de un programa así. Ni se necesita, ni debe hacerse. Mejor es darse cuenta de la poca relación que hay entre lo que parece que es y lo que acaba siendo cada una de estas obras. Algunas de las mariposas schumannianas tienen más músculo que vuelo, lo de la ´fantasía´ beethoveniana se torna en presagio y preocupación, la Humoreske ahonda directamente en ese mundo, y Bach sigue presentándose al hombre del siglo XXI como adalid de una reflexión perdida en su mundo, como una herramienta intelectual para pensar en valores humanos cada vez más ausentes en nuestras vidas. Hay, pues, densidad en este programa, además, claro está, de miles de estampas de una infinita e impagable belleza. Confío en el arte y el criterio interpretativo de Fellner para su defensa, y por eso recomiendo la asistencia a este recital, que se presenta casi como un objeto de culto. Pedro González Mira
Till Fellner, piano. Obras de Bach, Beethoven y Schumann. Auditorio Nacional de Música, sala sinfónica. Lunes 21, 19.30. Entre 25 y 57 €.
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