Pilar Jurado deja de entenderse con Mortier
Parece que el final de “La página en blanco” no ha sido tan feliz como se presuponía, a pesar de los vítores de la cla y los amigos distribuidos por las alturas. La opinión general de la inexistencia de libreto no ha sentado bien a la autora, que se queja de que le han cambiado todo.
También hay quien dice que la obra debía haberse titulado “El taxidermista” aludiendo a la puesta en escena, plagada de pájaros. Para otros lo visto podría resumirse en “Arropar la nada”, en razón a la puesta en escena, el coro sin personaje real, los cantantes extranjeros y todo lo invertido en algo que no funciona porque no hay base que lo sustente.
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