Pires nos dice adiós esta noche con un Mozart
Pires nos dice adiós esta noche con un Mozart
Maria João Pires dirá adiós al público esta noche con Bernard Haitink y la Tonhalle en Zurich. Más importante de dónde y con quién es con qué, y limpiamente lo hará con la 595 de Mozart, una de las piezas más conmovedoras de la historia de la música.
De momento su agente, Melanie Moult, de la agencia internacional Askonas Holt, ha dicho sólo que la artista cancela todos sus conciertos para el año que entra y aún así sigue en las agendas de las páginas web de algunas orquestas. Oficialmente se está recuperando de una operación, tendría sentido… ya en 2006 tuvieron que operar el corazón a la pianista. Pires devolvió el regalo al equipo de cirujanos como mejor sabe: dedicándoles la grabación de un disco.
Pero tampoco sería muy extraño que estuviera decidida simplemente a desvanecerse. Pires se ha pasado sus 73 años de vida meditando su retirada, sintiéndose incómoda en este mundo ruidoso que deja poco espacio al artista y mucho al dinero… tampoco quería ya seguir grabando discos, esos discos de Gramophone que se vendían como churros, porque nunca le interesó demasiado hacer sonar el piano para vender, además de por la razón que ella misma nos dejó en una entrevista: “Me fui de Gramophone al ver la portada de un disco en la que aparecía una de sus artistas en una actitud completamente ajena a lo que debe ser un intérprete”.
Artista generosa utilizó sus ahorros y su sabiduría para ayudar a los demás, en particular a los niños. Para eso creó su propia granja-escuela en Belgais, Portugal, en 1999, donde ayudaba a niños con problemas a recuperarse a través de la música: “Quería ayudarlos no sólo a sobrevivir, sino a entender los problemas y resolverlos”, decía la maestra.
El Gobierno portugués no entendía bien qué se hacía en la escuela y dejó de apoyarla económicamente, lo que provocó que la Pires se autoexiliara (rompió el pasaporte portugués), primero en Brasil y ahora en Bélgica, donde enseña y sigue estudiando su repertorio, basado fundamentalmente en el clasicismo y el romanticismo.
Nacida en Lisboa el 23 de julio de 1944, Pires creció sin padre, nunca lo conoció, y posiblemente aquel instrumento en blanco y negro que andaba por casa fue su sustituto. Hizo su primer recital con cinco años. Estudió composición y teoría musical en el Conservatorio de Lisboa para continuar en Munich y Hanover. Hizo su debut en Londres en 1986 en el Queen Elizabeth Hall.
Su disco de los nocturnos de Chopin ha sido clasificado por la propia revista de Gramophone como la mejor versión posible. Sobre el autor, la Pires ha declarado: “Chopin es el poeta más profundo de la música, pero también inventó esa cosa terrible llamada recital. Eso me ha hecho sufrir toda mi vida”.
Gran admiradora de Radu Lupu, de quien dice que crea música perfecta, se ha paseado por los mejores escenarios del mundo sin maquillar y con ropa de algodón, suelta, ajena a esta nueva moda de ir enseñando pierna debajo de las teclas y, por supuesto, muy lejana a esta nueva generación de divos más pendientes del continente que del contenido.
Todo corazón, con una mirada que te enfrenta a ti mismo cuando la tienes delante, espero que regrese de su vida espiritual alguna vez. Hoy es ese día que recuerdas cuando viste esa pequeña gran cosa encima del escenario que dejaba su alma desnuda en cada nota, sin ella el piano se quedaría un poco más en blanco y negro.
https://www.youtube.com/watch?v=pnAxH-AOJmQ
También, y aunque casi todos la conoceréis, aquí queda ese precioso e histórico momento de la portuguesa cuando se estudió el concierto de Mozart equivocado en 1999.
Muchos han hablado de lo inusual que sería que no hubiera habido un ensayo previo, pero en el vídeo vemos al maestro Chailly con una toalla en los hombros, lo que explicaría que realmente es un sólo un ensayo con público.
Los primeros compases del concierto de Mozart en re menor están sonando cuando vemos que en el rostro de la Pires un juego de diferentes emociones a la vez, desde la desesperación hasta la decisión.
La conversación en pleno concierto es esta:
Pires: “Tenía apuntado otro concierto en mi agenda…”
Chailly: “Este lo has tocado la pasada temporada.” El sonríe. “Estoy seguro de que puedes hacerlo. Y puedes hacerlo bien.”
Mientras tanto la Concertgebouw ya está tocando el segundo tema.
Y ocurre el milagro…
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