Prodigiosa e inolvidable dirección de Kirill Petrenko
LADY MACBETH FROM MTSENK (D. SHOSTAKOVICH)
Nationaltheater de Munich. 22 Julio 2017.
Si la recta final del Festival de Munich se inició con una muy buena Semiramide, la continuación ha sido con una espectacular e inolvidable Lady Macbeth de Mtsenk, que ha contado con una dirección prodigiosa de Kirill Petrenko, a quien acompañaba una buena producción escénica y un reparto vocal, en el que ha destacado la protagonista.
Esta nueva producción de Harry Kupfer se estrenó el pasado mes de Noviembre y tuve oportunidad de verla, por lo que nada nuevo podré añadir a lo dicho entonces. El ya veterano (82) director de escena alemán ha sido uno de los grandes de la escena en los últimos 40 años, especialmente en la Staatsoper de Berlín. Su trabajo aquí es atractivo, narra muy bien la trama, define perfectamente a los personajes y cuenta con una estupenda dirección de actores. A diferencia de lo que ocurre en tantas ocasiones, aquí la producción se pone al servicio de la ópera y no al revés.
Escena
La escenografía es obra de Hans Schavernoch y ofrece durante los dos primeros actos una gran nave de almacenamiento, donde se coloca en el frente un reducido espacio representando la habitación de Katerina. La nave tiene una serie de puentes por donde se mueven los figurantes y el coro. En el tercer acto, en la fiesta de esponsales de Katerina y Sergei, se corta el fondo de la nave para hacer aparecer un cielo, significando que la vida de Katerina empieza a ser más libre. Finalmente, en el último acto estamos en una especie de presidio, con una masa de agua al fondo. Los tonos grises dominan en la escenografía. El vestuario es obra de Yan Tax y está llevado a la época del estreno de la ópera (1934), resultando adecuado y también en tonos grises, con excepción de la protagonista, que luce un vestuario en rojo en los dos primeros actos. Buena la labor de iluminación de Jürgen Hoffmann.
Como en el estreno de la producción en Noviembre volvía a hacerse cargo de la dirección musical el titular de la casa, Kirill Petrenko.. Las lecturas de este genio de la dirección son siempre una ocasión especial y es de los pocos directores auténticamente grandes. La dirección de Kirill Petrenko fue magnífica, casi milagrosa hace unos meses. ¿Qué podré decir ahora? Me faltan calificativos. Su dirección ha sido simplemente prodigiosa, inmejorable, de las que uno recuerda tiempo y tiempo.. ¡Qué grande es Kirill Petrenko! No cabe sino felicitar a los berlineses por haberle elegido para estar al frente de la Filarmónica de Berlín, mientras seguiremos dando vueltas sobre qué nos deparará el futuro en Munich. Le vamos a echar en falta y mucho, sea quien sea su sustituto. La Bayerisches Staatsorhester parece otra a sus órdenes y se convierte en una orquesta excepcional. Impresionante también la actuación del Coro de la Bayerische Staatsoper, que tiene mucho que cantar en esta ópera.
Escena
El reparto vocal era el mismo de hace unos meses y nuevamente ha brillado con luz propia la protagonista, Katerina Ismailova, muy bien interpretada por Anja Kampe, en una de las mejores actuaciones que le recuerdo. Esta cantante siempre ofrece una gran intensidad en escena y no ha sido ésta la excepción. La tesitura del personaje es muy central y eso hace que Anja Kampe no ofrezca las tiranteces por arriba de otras veces. Con ella todo ha funcionado perfectamente. Su actuación fue intachable, desde la joven llena de vida y deseos de la primera parte de la ópera a la mujer hundida del último acto, donde fue capaz de transmitir grandes emociones a la audiencia.
La parte de Sergei fue interpretada por el tenor ruso Misha Didyk, cuya actuación fue correcta. Resulta adecuado en escena, mientras que no brilla especialmente en términos vocales, ya que su voz es ahora más mate que anteriormente. Tengo la impresión de que su presencia en este reparto ha podido tener que ver con su adecuada figura para el personaje de Sergei, aunque se ha redondeado considerablemente en los últimos tiempos.
Boris Ismailov fue interpretado por el veterano bajo Anatoli Kotscherga. Su interpretación escénica fue intachable, pero vocalmente está en claro declive. Su voz se ha reducido de manera clara y está más apretado por arriba que antes.
Anja Kampe y Anatoli Kotscherga
El tenor ruso Sergej Skorokhodov lo hizo bien como Zinovy, con voz bien timbrada y atractiva. Casi es un lujo su presencia en este personaje un tanto secundario. Tengo la impresión de que podíamos haber ganado de haber sido él el intérprete de Sergei.
El bajo Alexander Tsymbalyuk dobló como Jefe de Policía y Viejo Presidiario y mostró una voz poderosa, siendo un buen intérprete. La mezzosoprano Anna Lapkovskaja lo hizo bien como Sonjetka, con voz atractiva y figura adecuada. El bajo Goran Juric fue un sonoro Pope, un tanto exagerado en escena.
En los personajes de contorno Kevin Conners lo hizo bien como el Harapiento, mientras Carole Wilson fue una adecuada Axinja. Peter Lobert lo hizo bien como Sargento de Policía.
Un vez más el Nationaltheater colgó el cartel de No Hay Billetes. El público mostró su entusiasmo en los saludos finales con ovaciones y vítores para Kirill Petrenko y Anja Kampe.
La representación comenzó con 6 minutos de retraso, con lo que Munich vuelve a su tradición, y tuvo una duración de 3 horas y 8 minutos, incluyendo un intermedio. Duración musical de 2 horas y 27 minutos, es decir 4 minutos menos que en Noviembre pasado. Nada menos que 13 minutos de aplausos.
Anja Kampe y Misha Didyk
El precio de la localidad más cara era de 163 euros, habiendo butacas de platea desde 91 euros. La localidad más barata con visibilidad costaba 39 euros. José M. Irurzun
Fotos: W. Hösl
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