Que nadie llore
Que nadie llore
Hace un mes exponía a mis alumnos de economía en la universidad que, según mi opinión, Europa está muerta y que no entendía como no surgía una reacción popular en contra de la nefasta política de los impresentables políticos que la gobiernan que, entre otras cosas, imponen medidas a los que se están ahogando que sólo sirven para que traguen más agua. Una semana después me recibieron, supongo que irónicamente, con la frase “¡Ya lo ha conseguido usted!”. Se referían naturalmente al fenómeno de Sol. La gente está hasta el gorro, pero no acaba de atreverse a manifestarlo abiertamente. Muchos hubieran deseado adherirse a ese “toma la plaza”, pero no llegaron a hacerlo porque no se fían, ni consideran serio el movimiento. UPD ha sacado ya ventaja y, si sabe entender a la población, tiene grandes posibilidades cara a las próximas generales en las que contará con fondos de los que ahora no ha dispuesto. Ya puede reaccionar el PP.
Lamento profundamente que nuestro mundo musical esté aún más muerto. ¿Dónde están los artículos de opinión que clamen por las barbaridades que sufrimos? ¿Dónde está la reacción de los colectivos a los que se machaca? ¿Dónde la respuesta de las instituciones a las que se toma el pelo y el dinero con revisiones de partituras que no son sino “apaños” para poder cobrar derechos de autor? Son sólo un par de ejemplos. Clama al cielo la táctica del avestruz que ha seguido la gran mayoría del claustro de la Escuela Superior de Canto, a pesar de los buenos propósitos de su director, ante el reciente ataque que han sufrido sus enseñanzas y docentes. Por lo mismo resulta lamentable el silencio de otras célebres escuelas y conservatorios. Nuestros teatros de ópera andan desesperados ya que, en plena crisis, tienen que pagar por ofrecer óperas de hace doscientos años porque hay espabilados que las han retocado e incluso algunas editoriales han llegado a retirar las versiones originales. Pero callan y a su organización Opera XXI, sin siquiera un administrativo, sólo le falta el certificado de defunción. Cada uno a lo suyo y sálvese quien pueda. Así no vamos a ningún lado. Que nadie llore después.
Gonzalo Alonso
Twitter: @gonzaloalonsor
Facebook: http://www.facebook.com/goalri
Últimos comentarios