Helga Rabl-Stadler se despide del Festival de Salzburgo
Helga Rabl-Stadler se despide del Festival de Salzburgo
La directora deja la presidencia del festival tras 26 años en el cargo y la promesa cumplida de la celebración del centenario tal y como estaba prevista en 2020
Inmerso en las funciones de Tosca, con Anna Netrebko y Yusif Eyvazov; los conciertos de la Sinfónica de Chicago, con Riccardo Muti, y de las Filarmónicas de Viena y Berlín, junto a Herbert Blomstedt y Kirill Petrenko respectivamente; y las actuaciones de Christian Gerhaher, Joyce DiDonato, Mitsuko Uchida y Juan Diego Flórez, el Festival de Salzburgo dará por concluida la celebración de su primer centenario el próximo lunes 31 de agosto. Esta serán la última edición de Helga Rabl-Stadler al frente de la presidencia, de la que se despedirá al término de este año tras 26 años en el cargo.
Con fecha de expiración 31 de agosto de 2020, Rabl-Stadler extendió un año más su contrato “por la respuesta del público y el equipo de dirección, que me han animado a cambiar mi opinión y estar al lado de mis compañeros hasta el final del aniversario”, explicó entonces ante los medios la directora, que accedió a prolongar su mandato hasta la culminación de la presente edición.
Desde marzo de 2020, con la declaración de la pandemia, el Festival trabajó y presentó diferentes planes para abordar la celebración del 100º aniversario del Festival, que cumplió el año pasado. Por la imposibilidad de celebrar las ediciones de Pascua y Pentecostés ese año y de cumplir con la programación diseñada para el centenario, se decidió mantener los compromisos y prolongar la edición del centenario hasta este verano, en el que habría sido imposible no contar con su directora, subrayan sus compañeros.
Nacida en Salzburgo en 1948, Helga Rabl-Stadler es hija de Gerd Bacher, un influyente periodista y director ejecutivo que lideró la ORF. De él heredó el oficio, desempeñando temporalmente labores de columnista en un periódico. Más tarde, Rabl-Stadler formó parte del parlamento austriaco por parte del partido conservador ÖVP y dirigió la cámara de comercio de Salzburgo, desde donde dio el salto a la dirección del Festival.
A pesar de las dificultades de los primeros años, en los que hubo fricciones con el departamento artístico, la directora demostró su habilidad para gestionar a los patrocinadores del Festival y conseguir nuevas alianzas; sanó las relaciones con la Filarmónica, debilitadas desde la presencia de Gerard Mortier como director artístico del Festival; y renovó e incorporó a la red del Festival la Haus für Mozart en el año en que se celebraba el 250 aniversario del compositor.
La estabilidad de sus propuestas encontró el punto perfecto de equilibrio con Lukas Crepaz, director financiero desde 2017, y Markus Hinterhäuser, director artístico desde el mismo año, una solidez que se mantendría imperturbable incluso con la llegada de la pandemia. Según el último, la elección del o de la sucesora de Rabl Stadler es política, por lo que le preocupa los matices que pueda tomar el proceso ya que “es una decisión de capital importancia para el futuro del Festival”. “Un presidente no es lo mismo que el departamento de patrocinio. Debe tratarse de una persona empática con la realidad del Festival, con nuestra manera de trabajar y lo que queremos conseguir”, continúa, “Y además se necesita tener una red política y económica sólida, tanto como la capacidad de gestionarla de manera inteligente”.
Aunque la presidenta saliente ha avanzado y atado parte de los aspectos económicos de las próximas ediciones, su sucesor o sucesora deberá hacer frente a un plan de renovación de las instalaciones que actualmente se estima en 300 millones de euros y a los posibles obstáculos en los que derive la pandemia.
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