Rabl-Stadler: El Festival de Salzburgo es un proyecto de paz
La presidenta del Festival de Salzburgo concede una entrevista junto a Peter Simonischek con motivo del cercano Centenario del Festival
Inaugurado oficialmente en 1920, el Festival de Salzburgo celebrará el próximo año su primer centenario, una edición muy especial para sus organizadores, muy atractiva para el público, pero que debe hacer frente a unos presupuestos cada vez más ajustados.
Con motivo de su aniversario, la presidenta del Festival, Helga Rabl-Stadler, el actor Peter Simonischek, y la periodista Hedwig Kainberger mantuvieron una conversación acerca del nacimiento del Festival, su desarrollo y grandes hitos, y las dificultades a las que se enfrenta.
“Qué hace especial el número 100?”, pregunta Kainberg, directora del departamento del diario Salzburger Nachrichten, a la directora del Festival. “Es una historia de un siglo entero, lo que ya de por sí es un motivo de celebración”, explica Rabl-Stadler, “pero lo que realmente debe recordarse es la misión con la que se fundó el Festival de Salzburgo en 1920, como un gran proyecto de paz después de la Primera Guerra Mundial. En una situación que ahogaba a los ciudadanos con el hambre y la angustia, el Festival se comprometió con el arte porque es necesaria para el alma”.
En Salzburgo, los festivales en homenaje a Mozart comenzaron a ser habituales a mediados del siglo XIX. Tras la Primera Guerra Mundial, en 1918, el poeta y dramaturgo Hugo von Hofmannsthal, el compositor Richard Strauss, el director teatral Max Reinhardt, el diseñador escénico Alfred Roller y el maestro Franz Schalk se comprometieron a realizar un festival anual.
Así, la primera edición del Festival de Salzburgo tuvo lugar el 22 de agosto de 1920 con la representación de la obra Jedermann de Hofmannsthal.
Durante sus 100 años, el Festival ha pasado por tantas etapas como su contexto histórico, adaptándose al gusto nazi durante la Segunda Guerra Mundial; apostando la dirección de los grandes nombres del panorama – como Furtwängler, Karl Böhm o Herbert con Karajan – y sus ambiciones particulares; la apertura a la participación de orquestas internacionales – como la del Concertgebouw en 1958 o la Filarmónica de Nueva York en 1959 -; y creando una nueva política de entradas para dar más opciones a los más jóvenes.
En este sentido, la directora del Festival defiende mantener los precios más bajos para las nuevas generaciones en una balanza presupuestaria cada año más desequilibrada: “Lo hemos hecho siempre”, declara Rabl-Stadler, “mantenemos los precios más bajos y solo los más altos se han elevado”.
Como llama la atención la periodista del Salzburger Nachrichten, las cifras referentes a la financiación y patrocinio son cada año más bajas. “Yo no soy una persona que se queje”, comenta Helga Rabl-Stadler, “sino alguien que hace algo. Durante mi etapa en Londres, Mallorca y en Schwäbich Hall fui la encargada de buscar patrocinadores y eso es exactamente lo que hago con el Festival de Salzburgo. Aunque el centenario atrae aún más la atención sobre el Festival, la búsqueda de financiación no es más fácil”. La presidenta concluye haciendo hincapié en que para un festival internacional la búsqueda de apoyos es más sencilla porque es una plataforma en la que la visibilidad a nivel global es una realidad, por lo que “cualquier patrocinador puede beneficiarse de esta oportunidad ante el público y los inversores que conviven en el Festival”.
Por último, Kainberger se pregunta cómo será el futuro del Festival en una época en la que el consumo cultural está cada vez más atado a los teléfonos móviles, las retransmisiones por streaming y el formato digital: “¿Espera el público que el telón se levante en 60 años?”. Para la presidenta, la experiencia en vivo será siempre una realidad. Peter Simonischek piensa que con el paso del tiempo y el desarrollo de la tecnología, la audiencia del mañana quiere involucrarse con las obras, pero en su opinión, el teatro es una escuela de valores humanísticos y para cualquier festival y este en concreto, transmitirlos “es nuestra responsabilidad”.
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