¿Radio Fórmula-Clásica?
¿Radio Fórmula-Clásica?
Empiezo por una anécdota que no deja de ser significativa. Hace ya unos veinte años el entonces presidente del Gobierno, Felipe González, se interesó por lo que entonces era Radio 2. Preguntó lo que siempre resulta fácil preguntar: cuánto costaba la emisora y cuántos oyentes tenía. La conclusión fue lógica, dado que no había consignas políticas que transmitir: era más barato regalar un tocadiscos a cada oyente y, para tenerle más contento, incluso una colección de discos. ¡Qué mala suerte hemos tenido con nuestros presidentes los amantes de la música! La misma que los filologistas de inglés. Afortunadamente el asunto no fue a más y Radio 2 siguió emitiendo mientras otras, como SinfoRadio, nacían y morían.
Pero ahora existe una clara amenaza, si no de desaparición sí para su continuidad tal y como la conocemos. Las restricciones de todo tipo que afectan al Ente RTVE afectan a nuestra radio, siendo especialmente preocupantes las regulaciones de empleo. Cierto es que sobra en el Ente un buen número de empleados, pero los porcentajes de los grandes números no son trasladables a los pequeños números. Quiero decir con esto que no es lo mismo una reducción de personal del 30% en una plantilla de 20.000 que en una de 10. Las jubilaciones anticipadas van a dejar en cuadro centros que ya no podrán seguir trabajando como hasta ahora, así probablemente Cuenca, Granada o Santander, ciudades desde donde se retransmitían sus festivales. Se me contestará que se desplazará personal desde Madrid. De acuerdo. Como también se me contestará que el fallecimiento, en este mes, del Boletín de programación no es tal porque se podrá consultar en Internet, pero lo cierto es que ese boletín casi se había convertido en una revista y que, hoy por hoy, su sustituto en la red son meras guías. Siempre hay argumentos para todo.
El caso es que además el párrafo final del epitafio del boletín de marzo resulta harto inquietante, porque la radio-fórmula puede también considerarse que cumple la “obligación estricta de difusión radiofónica de la música grabada y en directo”. ¿Es a ella a lo que veladamente y, poco a poco, se va a tender? Esperemos que no.
Gonzalo Alonso
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