Recomendación: Berlioz versus Mendelssohn con la OCRTVE
Berlioz versus Mendelssohn
Galyna Gurina, soprano. Coro y Orquesta Sinfónica de RTVE. Dir.: Christoph König. Obras de Mendelssohn y Shostakovich. Jueves 21 y viernes 22, 19.30. Entre 15 y 28 €.
La orquesta de la radio y televisión españolas (OSRTVE) nos ofrece hoy, en la segunda de las sesiones de esta semana, una obra inhabitual, que aun formando parte de los estándares medios de Héctor Berlioz (los de Berlioz son siempre muy altos) tiene mucho interés. Se trata de una obra híbrida entre la sinfonía, el poema sinfónico y la música incidental, escrita para narrador, solistas vocales, coro, piano y orquesta, que nació como consecuencia de la Sinfonía fantástica. Lélio, ou Le retour à la vie tuvo una buena acogida inicial, pero como tantas veces sucede en casos similares de obras rompedoras, de músicas raras, y a pesar de las bendiciones que gozó del todopoderoso Liszt, pronto cayó en el olvido. Colin Davis, el principal apóstol de la música de Berlioz, la desempolvó, y, como hizo con otras del autor francés, la restituyó en los repertorios de las salas de concierto. Ayer y hoy se escucha en el Teatro Monumental.
Pero no es el objetivo de este artículo referirse a ella, pues esta página (que incluye una recomendación inscrita en la semana que va de viernes a jueves) ha de incidir siempre en lo que todavía no ha sucedido y no en lo que ya pasó. Por eso hablaré del primer concierto que tendrá lugar dentro del binomio que operará los días 21 y 22, con esta misma orquesta. La referencia a Lelio la he querido hacer por lo mucho que me gusta esta obra, y con la esperanza de que todavía convenza a alguien para que se deje caer por el Monumental hoy, viernes 15.
La semana próxima la OSRTVE y su coro harán un programa muy distinto. Al cincuenta por ciento novedoso u original. La primera parte, la novedosa, la ocuparán dos salmos para coro y solistas de Félix Mendelssohn y la segunda (poco original) la octava sinfonía de Shostakovich, es decir agua y aceite en estado puro. Los salmos serán el op.42, Wie der Hirsch schreit, con soprano, una traducción de Lutero del texto original del Libro de los Salmos. Una música de emocionante retrospección que Schumann calificó como de ‘auténtico hallazgo’, y que el propio Mendelssohn tenía en alta estima. El otro será el op.114, Da Israel aus Ägypten zog, para doble coro y orquesta, sin solistas, una música que supone un verdadero acto de fe acerca del colectivismo religioso. Es una obra muy trabajada, que Mendelssohn revisó tras su estreno, y cuyas seis secciones conforman un oratorio en miniatura. En los dos casos, magníficas y poco conocidas músicas, cuya recomendación está perfectamente justificada.
No lo tengo tan claro en el resto del concierto, aunque el gran público suela llevarme la contraria al respecto. Y el gran público siempre lleva la razón. Se trata de Shostakovich. De una sinfonía de Shostakovich. De la Octava sinfonía. Una música que lleva tres décadas paseándose por las salas de conciertos y produciendo verdaderos delirios. A mí me parece una música reiterativa, ruidosa y genéticamente débil, a pesar de su aparente músculo orquestal. Sin embargo, entiendo que, como ejercicio orquestal, pueda apabullar. Allá cada uno con sus intimidades. Pedro González Mira
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