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Por Publicado el: 20/12/2019Categorías: Recomendación

Recomendación: Jeux de Miroirs, el nuevo disco de Javier Perianes y Josep Pons

Recomendación: ‘Jeux de Miroirs’, Javier Perianes y Josep Pons. Harmonia Mundi

Soberbio ejercicio estético

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Javier Perianes y Josep Pons

Si hace un par de semanas incluí en esta sección una crítica de un libro, esta vez haré lo mismo con un disco. Me siento mucho más estimulado con esta recomendación.

Está en plena faena en nuestro país una generación de pianistas jóvenes muy notable. Pianistas jóvenes, o todavía jóvenes si se quiere, pero no jóvenes pianistas, que no es lo mismo; la frase, entonada así exime de compromisos con la excelencia. Pero los que no solo amamos la música sino que sabemos que existen categorías interpretativas que deben de ser tratadas aparte, o sea, esa especie formidable pero poca cosa llamada críticos, tenemos claro que uno de ellos se aparta de los estándares de manera elocuente. Javier Perianes es, sin la menor duda, el mejor y más completo pianista de esa generación. Y desde luego su arte es, en muchos repertorios vitales,  homologable a los pocos que andan por ahí, fuera de nuestra querida España, tomándose esto en serio. La crisis hace tiempo que ha obligado a ‘rompepianos’, impostores y cursis de toda índole a montar un circo al que públicos mal informados acceden impávidos. Perianes está entre esos pocos de su tiempo cuyo único objetivo al sentarse al piano es hacer música como se ha hecho toda la vida, desde la propia verdad de las notas, sin añadidos que la hagan ‘más fácil y asequible’ o inventos que la transformen en ‘algo nuevo’. Es fiel al pasado de la historia de la interpretación pianística, lo vive desde un presente pleno de gozo, y parece que desea abrir ventanas a un futuro que, definitivamente, debe de recuperar las normas clásicas. Dicho de otra manera: una vez más alucino con  la madurez pianística de este señor.

Ha pasado por Schubert, por Beethoven (todavía resuenan en mi mente los resultados de sus sorprendentes y ya lejanas clases magistrales con el maestro Barenboim), por Mendelssohn, por Grieg, por Chopin, por Debussy, más los españoles, y ahora recala en Ravel. ¿Qué ve en Ravel? Pues a mi entender una oportunidad para realizar una reflexión introspectiva distinta –que no distante- a la realizada con Debussy. Y acertada, porque el mundo de Ravel es en algunos aspectos paralelo, pero muy otro en la expresión; más inocuo pero también más encantador e imaginativo. Perianes matiza esto como pocos haya podido escuchar nunca, porque su inmersión en el tenue pero fantasioso lenguaje sonoro de Ravel es sencillamente perfecto. Uno, al escuchar esta Tombeau, recibe la impresión de que no puede tocarse ni sonar de otra manera. Es una cuestión de lógica; de la lógica que une línea y color en una misma idea. A mí me parece que eso es el piano de Ravel, que tantas veces resulta aburrido o aparentemente insustancial cuando no aparece esa especie de milagrosa fusión, una especie de unión entre belleza melódica, línea de canto y color. Para mí, Perianes lo tiene claro en el piano a solo de La Tombeau de Couperin y la Alborada del gracioso,  de las que traza auténticas versiones de referencia. Ahí es nada.

El disco se titula ‘ Jeux de Miroirs’ porque incluye la orquestación de la cuarta de las cinco  piezas del cuaderno Miroirs: Alborada del gracioso; junto a la de cuatro de las piezas de La Tombeau de Couperin. Con lo que se produce un juego de espejos entre el piano y la orquesta que Perianes y Josep Pons han ideado de forma harto original, pues entre medias han colocado el maravilloso Concierto en Sol, del que componen una no menos extraordinaria interpretación. El resultado total es brillante, redondo, pues si el pianista de Nerva se siente como en casa tocando esta música, Pons no está menos a gusto en ella. Pero lo sustantivo es poder disfrutar de todo el programa del disco con la alta calidad interpretativa alcanzada (la Orquesta de París está soberbia), haciéndolo por partida doble, en versiones para piano y para orquesta. Constituye un ejercicio estético de primer orden. Pedro González Mira

RAVEL: La alborada del graciso (versiones para piano y para orquesta). Le Tombeau de Couperin (versiones para piano y, parcialmente, para orquesta). Concierto en Sol mayor. Javier Perianes, piano. Orquesta de París. Dir.: Josep Pons. HARMONIA MUNDI, 902326

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