Recomendación: Lisiecki en el Ciclo Grandes Intérpretes de la Fundación Scherzo
Recomendación: Lisiecki en el Ciclo Grandes Intérpretes de la Fundación Scherzo
Cuestión de madurez
Regresa Jan Lisiecki al Ciclo de Grandes Intérpretes de la Fundación Scherzo, algo más de un año después de su debut. No pude asistir a aquel recital. Y no he escuchado a Jan Lisiecki en vivo nunca. Solo conozco sus discos, a través de los cuales he podido conocer su Chopin, su Mendelssohn, su Schumann… O mejor dicho, lo que él entendió de todo eso cuando lo grabó: tiene ahora 24 años, así que muchas de esas versiones son las de un veinteañero, y, por consiguiente, muy cambiables. ¿Significa esto a priori algo? Pues si se escucha la música sin prejuicios, nada. Pero suele suceder, sin embargo, que a esa edad los muy buenos suelen tener ya una notable técnica y una más que admirable musicalidad, pero, usualmente, una madurez muy justa para dar respuesta a las grandes páginas pianísticas. Hay excepciones, sin duda.
Lamentablemente, al menos para quien escribe, Lisiecki no está en esa lista, y sí en la larga de pianistas jóvenes que atacan sus interpretaciones dando la espalda a la tradición establecida por sus mayores, basándolas en exceso en fórmulas que pretenden ser nuevas y diferentes. La personalidad de un joven ha de manifestarse en ideas, desde luego, pero cuando se roza la iconoclastia es muy fácil caer en rebuscamientos vanos. Es el caso de lo que le he escuchado al joven canadiense. Por ejemplo, me ha gustado poco esa especie de alergia que tiene a los silencios y a planificar las transiciones con más perspectiva expresiva.
Entonces, ¿por qué recomiendo este concierto? Pues por dos razones. La primera, porque lo que sí tiene ya Lisiecki (a mi entender) es una muy buena técnica (aunque el sonido en la zona aguda necesite mejoras) y una excelente línea de canto para el repertorio que suele visitar. Y la segunda que, precisamente por ser tan joven, los cambios en los conceptos interpretativos pueden variar, y cambiar, en meses; es muy conveniente, así, observar si esos cambios se producen o no. Este es un músico con proyección. Pero, a mi juicio, no ha llegado todavía al punto que parece puede alcanzar. Sin duda se trata de una cuestión de madurez, no de talento. De las compañías que frecuente, de los consejos que reciba, de lo que estudie (que también), dependerá mucho su futura carrera. Pedro González Mira
Jan Lisiecki, piano. Obras de Bach, Mendelssohn, Chopin, Beethoven y Rubinstein. Auditorio Nacional de Música, Sala sinfónica. Jueves 09, 19.30 h. Entre 20 y 50 €.
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