LISIECKI

Juventud y talento

Sé apenas nada de este señor, salvo que es muy joven y que directores de orquesta muy serios se han fijado en él. Y, naturalmente, aquello que muy a matacaballo pueda inferir de él tras trastear debidamente (que es lo que se suele hacer en nuestros días) por Youtube. Viene a Madrid para cerrar el Ciclo de Grandes Intérpretes, en una gira que incluye otras ciudades españolas. Y tocará Rachmaninov, Chopin y Schumann, mire usted por donde autores de cuyas algunas músicas uno puede tener referencias en la referida todopoderosa plataforma. Jan Lisiecki nació en Calgary, Canadá, un lugar a pocos quilómetros de las Montañas Rocosas y en donde en el momento en que escribo hay una temperatura de 10 grados bajo cero. Pero lleva sangre polaca, lo que, así de entrada, supone una alerta; o quizá una explicación de las razones por las que Chopin es uno de sus compositores de cabecera. Tiene, pues, 23 años, lo que no obsta para que haya ya hecho una algo más que incipiente carrera. Deutsche Grammophon se ha fijado en él desde hace años. Claro que,¿ y quién se fija hoy en Deutsche Grammophon?

Es pues este recital un evento a recomendar a quienes les motive lo nuevo; a quienes sientan la inquietud de conocer aristas jóvenes. ¿Qué más puedo añadir? Pues sí, algo más, la impresión que he recibido tras escucharle lo poco que le he escuchado. Si tuviera 30 o 40 años menos seguramente escribiría: un talento increíble, la gran revelación de nuestro tiempo, la mayor sorpresa desde… (pongan el nombre que más les guste), etc. Pero como, por desgracia, tengo los que tengo, seré más prudente, subrayando con lápiz rojo el hecho de que lo escuchado es muy poco.

Jan Lisiecki es un talento en bruto. Comete errores producto de la inmadurez, pero a mí me han gustado bastante algunas características suyas que da la impresión que llegaron a su cabeza y a sus dedos para quedarse. Por ejemplo, en ningún momento hace por hacer; no parece interesarle demostrar no ya que es el mejor, sino, a la vez, muy distinto y personal. Frasea con normalidad, lo que es muchísimo, porque frasear con normalidad en los tiempos que corren significa, con buen legato, dando significado a cada nota en el contexto sonoro, tanto dinámico como agógico, de manera natural y flexible, etc., etc. Vaya, que es un chico con mucho talento. Y después tiene lo de casi todos los jóvenes pianistas de hoy, unos dedos ágiles que se deslizan bien. ¿Técnica? Bueno, como no le he escuchado Mozart o Beethoven, no lo puedo afirmar, al menos tal y como entiendo el asunto. Lo que sí tiene es buen volumen y capacidad para dar las notas sin equivocarse, o sea eso que un tanto impropiamente entendemos por virtuosismo.

Otra razón para sacar entrada para este recital: no tocará ´cositas´. Hay bastante Chopin (Andante Spianato, varios nocturnos, uno de los scherzi) , todo ello de altura, repertorio fundamental. Y Schumann, las 4 Nachtstücke op.231. Y un Rachmaninov de vuelo, solo permitido a músicos de verdad, y no a pianistas ´brillantes´, las Morceaux de Fatasie op.31. En fin, un recital para inquietos y para aquellos que les guste salir del auditorio con cara de sorpresa. Pedro González Mira

Jan Lisiecki, piano. Obras de Chopin, Schumann y Rachmaninov. Auditorio Nacional de Música, Sala sinfónica. Martes 11, 19.30. Entre 25 y 57 €.