Plan de suscripciones

Suscribirse a la Newsletter de Beckmesser

¡No te pierdas ninguna noticia!

¡No enviamos spam! Lee nuestra política de privacidad para más información.

Busca las entradas de cada mes

calendario operístico 2023

Últimos tuits de Beckmesser

antonio-moralAntonio Moral: “Con la tasa de incidencia me acuesto y me levanto. Estamos en una situación mucho peor que la del año pasado”
xabier-anduagaXabier Anduaga: “No estoy dispuesto a ir hacia atrás cantando papeles que aún no debo”
Por Publicado el: 03/06/2021Categorías: Entrevistas

“El rey que rabió” o la broma infinita de Ruperto Chapí

“El rey que rabió” o la broma infinita de Ruperto Chapí

Enrique Ferrer y Jorge Rodríguez-Norton interpretan al monarca en la zarzuela de Chapí, una divertida sátira estrenada en abril de 1891 y que tiene plena actualidad

ferrer-rodriguez-norton

Ferrer y Rodríguez-Norton

No sé si ustedes habrán escuchado alguna vez la expresión “cuando el rey rabió por gachas”. Mi madre la utilizaba con cierta frecuencia cuando quería referirse a algo muy antiguo o que había sucedido mucho mucho tiempo atrás. A mí siempre me pareció divertidísima. Lo que no sabía es que quizá a Chapí, también. El reinado del  monarca de la zarzuela que compuso puede ser tan antiguo como uno desee imaginar, o tan contemporáneo como nuestra España actual, la del siglo XXI. Se estrenó en abril de 1891 en el Teatro de la Zarzuela y el patio de butacas respondió a la representación, como señalaba una de las críticas con “tempestades de aplausos”. Ese país imaginario e inventado por el compositor podía ser un trasunto de la España de la Restauración, con Alfonso XII, Martínez Campos o Cánovas del Castillo en el punto de mira. Su música junto con las plumas de Vital Aza y Ramos Carrion hicieron el resto. Un “resto” que cuenta con un texto muy bien escrito, con partes en verso y perfectamente hilado.

No puede haber un mejor cierre para la temporada que esta pieza. Dicen que el Teatro Real y el de la calle Jovellanos van a rivalizar en carcajadas. Y el público es quien va a salir ganando. En algo coinciden la obra de Donizetti,Viva la Mamma”, y esta. Aquella tiene como personaje central de una comedia desternillante a un barítono metido en la piel de una señora. En esta, el papel del rey estaba concebido para cuerda de soprano, pero con el tiempo… ha acabado por cantarlo un tenor. Que se lo pregunten a Jorge Rodríguez-Norton, que se ha calzado la corona junto con Enrique Ferrer. “Hay partes que se nota que están escritas para otro tipo de voz, pero el maestro Iván Reynoso nos lo ha puesto muy fácil. Lo mismo que Bárbara Lluch, que hace un trabajo fantástico con la escena”, señala el tenor, que interpreta a un jovenzuelo de no más de 15 ó 16 años que decide abandonar las dependencias de palacio por puro aburrimiento y salir de incógnito a conocer otro mundo. “A él le dicen que todo va bien, que es el rey de un país que funciona a las mil maravillas, que el pueblo está contento y que reina la armonía… Pero no es así. La realidad es otra. Y él se da cuenta”, comenta.

Crítica directa

¿Qué tiene Rodríguez-Norton de este mandatario recién llegado al trono? “Es tierno, gracioso y tiene la frescura y la locura de la edad. Yo he pasado también por eso aunque ya no sea un teenager y es lo que aporto. He insistido en el lado cómico y también inteligente que tiene este chico. Por lo demás, está más aburrido que una mona”. Chapí compone un friso muy divertido y no rehúye la crítica, “que no es nada velada, sino directísima y un dardo hacia la clase política, a todo aquel que manda, el intendente, el almirante y el general que cuando hablan con orgullo de servir a la patria hacen el gesto de meterse la mano en el bolsillo”, explica. Y es que aquí, muchos de los personajes no tienen nombre, empezando por el monarca. Luego están Rosa, María, Juan, Jeremías (“Zapata está para comérselo”) y una trama que puede tener visos de cuento, “naif, como si estuviéramos a punto de entrar en el mundo de Alicia en el país de las maravillas, con tocados muy exagerados. Mi traje es increíble, por ejemplo. Hay, además, proyecciones y la escena posee mucho movimiento”. Y es que el tenor asegura que  “la zarzuela, además de por el oído, ha de entrar por el ojo. Tiene que estar bien cantada, por supuesto, y bien resuelta también la producción. Y aquí todo encaja”.

Como un rompecabezas en el que, dice Ferrer,Lluch no ha querido plantear ninguna idea, y eso es lo verdaderamente fresco y sano de esta propuesta, sobre todo, en un momento como el que vivimos en que todo está tan polarizado”. Y añade que la actualidad es plena, pues “habla del poder, de su imagen y de la desconexión con el pueblo. Un tema que es universal, aunque haya sido escrito en 1891”. Comenta que la directora de escena ha sido totalmente respetuosa con el texto, del que destaca que ha sido complicado reducir “por lo bien escrito que está. Vital Aza y Ramos Carrión escribían estupendamente. Y eran unos maestros en eso de las “segundas”, que se ven por ejemplo, claramente, en el coro de los segadores. Eran dos grandes. Como lo era Chapí, cuya música es muy rica en contrastes musicales”. Ferrer debutó curiosamente en 1997 en La Zarzuela con este título. Ahora vuelve a él con una versión más reducida: “Esta es una obra grande de tres actos y al tener que hacerla sin descanso por el tema de la pandemia ha habido que aligerarla y peinarla un poco para reducirla a dos horas y cuarto. Y el resultado es un espectáculo global y coral, absolutamente respetuoso con el género” en el que Bárbara Lluch “maneja muy bien el barco en el que navegamos”.

Un cierre de temporada con 14 funciones

El humor, dice el artista, es el alimento, “el aire fresco que necesitamos ahora”. Y eso que él se siente un privilegiado que apenas paró de trabajar, salvo durante el confinamiento. La mascarilla ya es compañera habitual, aunque reconoce la dificultad que entraña en las respiraciones rápidas: “Para que lo entiendas. Es como si a un atleta le atas un peso a una de sus piernas”. Es un habitual de la casa de la calle Jovellanos. Y disfruta cada vez más con el género: “Me encanta cantar en español. La zarzuela forma parte de nuestra cultura y es necesario que la cuidemos y reivindiquemos. Esos chascarrillos solo los escuchas en este tipo de obras, la manera de decir en nada se aparece a la ópera, el humor, el doble sentido. Tiene otro acento. El nuestro”, asegura. Como la define el artista “es una broma infinita”. Las “segundas” de las que habla Ferrer, quien destaca que “todos hemos trabajado como uno, hemos sido uno. Ha habido comunión entre todos y eso se palpa. La pandemia nos ha hecho ver lo necesaria que es la cultura. Ahora solo hay que darle al público, que está vivo, el trabajo que llevamos semanas preparando. Ese “feedback” es clave y te enseña. Por eso no hay una función igual a otra”

Habrá 14 funciones hasta el 20 de junio de “El rey que rabió, dos repartos impresionantes formados, además de por los reyes, por Rocío Ignacio y Sofía Esparza (Rosa); María José Suárez (María), Rubén Amoretti y Miguel Sola (el General); José Manuel Zapata (Jeremías); Carlos Cosías (El Almirante); Igor Peral (El Intendente); José Julián Frontal (El Gobernador); Sandro Cordero (Juan); Pep Molina (El Alcalde); Ruth González Mesa (Paje); Alberto Frías (El Capitán), y Antonio Buendía (El Corneta). Gema Pajares

Presentación en el Teatro de la Zarzuela

Conversación sobre la zarzuela

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

banner-calendario-conciertos