El tenor y director de escena mexicano Rolando Villazón conversa con OperaWire sobre su trayectoria, como su éxito en Operalia en 1999, su relación con Plácido Domingo y los problemas vocales a los que se ha enfrentado a lo largo de su carrera

Rolando Villazón

Rolando Villazón centra como uno de los momentos pivotales de su carrera su intervención como Hoffmann en el Covent Garden en 2004, aunque admite que “siempre hay varios elementos que hacen una carrera y no se puede señalar sólo uno”.

La invitación a cantar en el Covent Garden surgió tras su participación en el concurso Operalia de 1999: “Peter Katona, director de casting en la Royal Opera, formaba parte del jurado, y me ofreció el papel del Cantante italiano en Der Rosenkavalier. Lo probé y decidí que no iba a hacerlo”.

El tenor relata que, a cabo de un tiempo, Katona le volvió a ofrecer un papel. En este caso, era el de Hoffmann. Villazón cuenta: “Era mi debut en ese papel en el teatro, ¡y en una producción tan legendaria!”, estrenada por Plácido Domingo, e interpretada por tenores de gran relevancia, como Alfredo Kraus y Francisco Araiza.

Hablando de Domingo, Rolando reconoce haberle descubierto por casualidad, “descubrí su voz, su manera de cantar, por accidente”, confiesa el tenor. Tras el hallazgo casual de un vinilo de Domingo cantando con John Denver –Perhaps Love-, Villazón admite la enorme influencia que el cantante tuvo en su infancia: “Intenté cantar como él”.

Rolando Villazón como Hofmann © Robbie Jack | Corbis

El tenor reconoce la suerte de haber tenido la oportunidad de cantar para Domingo años más tarde, cuando le invitó a Operalia. Rolando cuenta cómo su intención nunca fue ganar el primer premio del afamado certamen: “Sólo quería participar en la gala final con Plácido Domingo, y para eso necesitaba ganar algún premio”. Villazón continúa: “Plácido se ha mantenido siempre como una gran inspiración para mí”.

Rolando Villazón también habla de las diversas afecciones vocales que han entorpecido su carrera a lo largo de los años, así como su decidida voluntad de superar cada uno de los obstáculos que podían separarlo de los escenarios.

“He tenido que superar tres grandes problemas como intérprete”, cuenta el cantante, “un quiste congénito –que le afectaba a la emisión de voz-, ansiedad escénica y acidez severa, por la que me tuvieron que operar en 2018”. Reconociendo que muchos cantantes en su situación se habrían retirado, Villazón insiste en su pasión por el mundo de la ópera. “Nunca he querido perder de vista el artista que quiero ser”, concluye el tenor.