El tenor Russell Thomas reflexiona sobre el mundo de la ópera y su carrera profesional
El tenor estadounidense Russell Thomas es actualmente uno de los tenores más solicitados, habiendo consolidado su reputación en papeles líricos clave como Don Carlo, Manrico en Il trovatore, Don Alvaro en La forza del destino y Pollione Norma. Como antiguo alumno del Programa Lindemann del Metropolitan de Nueva York, Thomas regresó allí más recientemente como Don Carlo en la puesta en escena de David McVicar y bajo la batuta de Carlo Rizzi.
En 2021, Russell Thomas se convirtió en el primer Artista en Residencia de la ópera de Los Ángeles, un nuevo papel que le lleva al corazón de la institución no solo como intérprete, también como comisario de la nueva serie de recitales After Hours y como mentor de los Russell Thomas Young Artists, junto a las representaciones de Aida y Otello a las órdenes de James Conlon la temporada pasada. En la temporada 2022/23, Thomas cantó en el estreno mundial de Fire and Blue Sky, una obra de concierto encargada por el tenor e inspirada en su viaje personal como artista, escrita por el compositor Joel Thompson.
En el contexto de su participación en Tosca de la Royal Opera House, Russell Thomas respondió a unas preguntas de los compañeros de OperaWire. Preguntado por cómo se siente en su vuelta a la institución musical londinense, indica que le encanta estar allí, siendo esta su cuarta visita. Sin embargo, apunta que se encuentra sorprendido por haber tardado nueve años en volver después de su debut.
Preguntado por el fin de la anterior temporada con Turandot, señala que fue un periodo complejo al tener en su agenda numerosos compromisos, ya que estaba inmerso en otros compromisos a la par que escenificaba esta obra, algo que indica como estresante. Sin embargo, indica que el papel de Calaf le encanta.
En cuanto al papel masculino de Tosca, señala que estar en el escenario londinense es, quizá, el espacio más especial en el que ha interpretado a Cavaradossi. Sin embargo, a tenor de lo tradicional de la puesta en escena, indica que se encuentra más tranquilo, al no ser una propuesta innovadora que le implique un trabajo adicional. Señala que no ha tenido ninguna preparación especial, ya que se encontraba a la par inmerso en el papel de Calaf.
Preguntado por cómo afecta el estrés laboral en el mundo de la ópera, señala que este puede ser preocupante en cuanto a cómo puede afectar a la voz, ya que el público paga por ello. Indica que el artista no deja de ser un producto y has de tener mucha responsabilidad, tanto como artista como empresario. Afecta, también, la impresión que puede causar el espacio en cuanto a la historia de este. Thomas señala que en grandes teatros siente mucho respeto y le causa cierto estrés, pensando en si se encuentra al cien por cien para darlo todo sobre las tablas.
Sin embargo, indica que lo que más estrés le causa es no poder ver a su hijo de diez años lo suficiente, ya que es padre soltero. Señala que cuando no está en el colegio, viaja con él. A su vez, lidiar con ciertos directores puede ser una causa de nerviosismo y estrés laboral.
Preguntado en torno a aquellos críticos que buscan yuxtaponer actuaciones de artistas actuales con los del pasado, indicando que los cantantes de ahora son peores, Russell Thomas señala que en cada generación desde principios del siglo XX se indica que la ópera está muriendo y perdiendo nivel en cuanto a los artistas que la hacen posible. Si bien ha cambiado la situación del mundo del canto, esto se debe a la modificación de la forma en la que se produce ópera en la actualidad, con un mayor número de viajes por trabajo, interpretaciones, etc. Es constante el estrés en estos momentos, de ahí que la interpretación ha de adecuarse a este.
En este sentido, admite que la calidad del canto ha disminuido. Además, la formación se ha visto modificada también, ya que no es tan intensa que hace cuarenta o cincuenta años. Tampoco se realizan tutorías personalizadas de nuevos cantantes por parte de directores de orquesta, aludiendo el caso de Karajan y Leontyne. Es por ello por lo que, para Thomas, el mundo del canto se ha visto modificado, en un mundo que ha perdido tiempo de formación y estudio para dar lugar a mayor inmediatez.
Preguntado por sus inicios, Thomas señala que su amor por la ópera comenzó a los ocho años, cuando escuchó por radio una grabación que le llamó la atención. Cada día que volvía del colegio, encendía la radio para escuchar estos programas dedicados a la ópera. En el instituto, comenzó a cantar en el coro, donde un profesor le sugirió ser solista.
Cuando una cantante retirada pudo escuchar su solo, esta le sugirió poder formarse de forma profesional, algo que no tenía contemplado, ya que quería ir a la academia militar y ser político. Durante su juventud pudo escuchar a numerosos cantantes en Miami, a la vez que comenzaba a preparar audiciones para entrar en conservatorios, entrando en uno en la mencionada ciudad americana.
Preguntado por su deseo de ser político, indica que le encanta la dialéctica y el mundo de los discursos, además de conocer a gente y poder trabajar por el bienestar de la sociedad. Sin embargo, indica que el mundo de la ópera también es política.
Entre 2003 y 2006, Russell Thomas formó parte del Programa de desarrollo de jóvenes artistas del Metropolitan de Nueva York, lo que le ayudó a progresar en su carrera y poder desarrollarse gracias a entrar en contacto con numerosos músicos de la talla de Peter Sellars, James Levine o John Adams.
Preguntado de nuevo por sus orígenes, Thomas indica que estos fueron complejos, juntándose con personas de dudosa bondad ya que, según pensaba por entonces, podría estar protegido, ya que la ciudad de Miami es un tanto compleja de cara a la juventud. Era importante disponer de un grupo para cubrirse las espaldas. Este periodo fue complejo, ya que tuvo que vivir con su madre, con la que no tenía una gran relación. Más tarde, se enteró que fue producto de un episodio de violencia sexual contra su madre. Por estas razones, quiso ser padre, para mostrar y compartir el amor y el apoyo que él cree que no tuvo durante su infancia.
Preguntado por el la diversidad en la ópera, señala que es un gran defensor del género y de los cantantes, por lo que este ha de ser un completo crisol de razas, con numerosas formas de entender el arte. Para él, es importante una mayor presencia de negros en el arte, en diferentes entornos de este. Siempre ha habido gente negra en este mundo, si bien a menudo han sido marginados y apartados de ciertos espacios y posiciones.
Peguntado por el futuro, Russell Thomas señala que tras unas vacaciones, participará en Fidelio en Chicago y en Die Frau ohne Schatten en el Metropolitan.
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