Sagi vuelve kitsch a Luis Mariano. La Razón. 18 de septiembre de 2006
El director de escena abre el miércoles temporada en el Châtelet de París con una versión «dadaísta y alucinógena» de «El cantor de México». Rossy de Palma e Ismael Jordi son los principales reclamos del cartel. Luis Mariano volverá a
París con una de las operetas que más fama le dio. Sagi ha rescatado su lado más «kitsch» y chillón.
PARÍS- A escasos días de estrenar
su peculiar versión de «El cantor
de México» en el Teatro Châtelet
de París, Emilio Sagi (Oviedo, 1948)
disfruta como un primerizo con las
últimas puntadas de una obra que
defi ne como «un disparate». «El
reto era darle una vuelta a un clásico.
Renovarlo sin ofender. Vamos,
quitarle la caspa», resume con gracejo
el autor, en una entrevista con
LA RAZÓN. Resulta todo un reto
defi nir el objeto artístico no identifi
cado que será la puesta en escena
de «El cantor de México». «Opereta
alucinógena» es el neologismo que
más convence a Sagi, tras inspirarse
en fuentes tan diversas como el
barroco colorista y recargado de
las iglesias mexicanas de Cholula o
«la ternura cursi a lo Mary Poppins»
propia de este género. Todo un riesgo
en una plaza tradicionalmente
conservadora como es París.
Lo más característico de esta
estrambótica producción es, sin
embargo, el toque «dadaísta» que
el director asturiano ha querido
imprimirle tanto en la forma (vestuarios,
«casting» y decorados, que
fi rma Daniel Bianco) como en el
tratamiento narrativo, a la búsqueda
de la «diversión del público».
«Tiene mucho de opereta francesa
a la Offenbach, de música de la época,
como el jazz, y también un perfi l
de revista estilo Folies Bergère»,
condensa Sagi.
906 representaciones depués
«El Cantor de México», escrita por
Francis López (de quien este ñao se
cumplen 90 d su nacimiento), fue
uno de los grandes éxitos con los
que el cantor vasco Luis Mariano
conquistó París en los años cincuenta,
época de oro de los musicales.
López, también vasco, aunque de
San Juan de Luz, en el lado francés,
ideó esta obra para estrenarla en
el mismo Teatro Châtelet. Allí, 906
representaciones más tarde, entre
originales y adaptaciones, Sagi estrenará
el miércoles una versión ‘à
l’espagnole’, con el tenor jerezano
Ismael Jordi, una de las voces más
pujantes en el panorama lírico internacional,
Rossy de Palma como
una diva caprichosa y un reparto
en el que destacan los actores galos
Jean Benguigui y Clotilde Coureau,
conocida también por su matrimonio
con el noble italiano Emanuele
Filiberto de Saboya, y la dirección
musical del maestro Fayçal Karoui,
nacido en París en 1971.
Lo que empujó al director de
Rossy de Palma, durante los ensayos, interpreta a una vedette caprichosa
Marie-Noelle Robert
escena a dar dos papeles principales,
los de Eva y Tornada, a Rossy de
Palma fue su «presencia». «Su personalidad
es capaz de llenar la escena.
Además, comprendió enseguida la
idea que yo tenía para esta opereta»,
explica el director. Aunque en los últimos
años abandonase su primera
carrera de cantante por la de actriz,
la artista española interpreta varias
canciones con una voz que Sagi califi
ca de «quebrada, con mucho aire,
como cantaba Marlène Dietrich». El
rostro de la artista es muy conocido
en Francia, país en el que ha trabajado
con regularidad y donde se rinde
culto a Almodóvar. «Es un género
que le va como un guante a Rossy.
La veo como una gran estrella del
cabaret por su carisma y su ironía»,
opina Sagi.
A Sagi no le molesta que se le aplique
la etiqueta de «almodovariana»
a su producción, que persigue conjugar
lo osado y lo tradicional. Ese
toque «colorista, intenso y ardiente»
que ya alababa «Le Figaro» en 1951,
en la crítica del estreno. Algo así
como la chaqueta vaquera con la
que se pasea por París, que luce en
la pechera una chapa con el símbolo
de la paz y otra con la bandera asturiana.
«Al contrario, es un elogio. Pedro
es un tío genial, y esa mezcla de
humor con la parte más oscura de
España es magnífi ca, siempre que
se haga de manera bonita y sutil»
explica el director escénico.
Locos por la zarzuela
Lejos queda ya su primera puesta
en escena en París, «La del manojo
de rosas», en 1992, pero cerca puede
estar su vuelta a la capital gala con
una zarzuela, aunque prefi ere no
hablar para no gafar un proyecto todavía
en ciernes. Su próxima apuesta
confi rmada es «Rigoletto», que
llevará en otoño a Bilbao y después
a Lisboa. «El Cantor de México», una
superproducción que sólo podrá
ser acogida por grandes teatros, no
tiene todavía claro cuál podría ser
su siguiente destino, aunque varios
teatros franceses y españoles han
mostado interés. Las magnífi cas
críticas que siempre le ha deparado
la prensa francesa le tranquilizan
de cara al estreno del miércoles.
Humildemente, lo achaca al «amor
por España» que existe en la capital
gala. «La zarzuela, como sucede en
buena parte de las capitales europeas,
vuelve locos a los franceses.
No hay una entrevista en que no me
pregunten por ella», asegura. Javier Gómez
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