Sale el sol para un estreno de Navarro en la OCNE
Sale el sol para un estreno en la OCNE
Obras de Wagner y Oscar Navarro. Salvador Navarro, trompa. Orquesta Nacional de España. Josep Pons, director. Auditorio Nacional. Madrid, 7 de abril de 2019.
No es frecuente que un estreno provoque entusiasmo entre el público de los ciclos tradicionales. Sucedió con el “Connection, concierto para trompa y orquesta sinfónica”, que suponía un estreno absoluto en la Orquesta Nacional de España. Oscar Navarro (Novelda, 1981) es un compositor ya asentado pese a su juventud, con muchos reclamos en Estados Unidos. No sorprende dado su eclecticismo, en el que se mezclan romanticismo, impresionismo y música cinematográfica. Su nuevo concierto destinado a la trompa como solista sigue el camino emprendido en el anterior dedicado al oboe. Humor, color, juegos dinámicos y reminiscencias tanto de Leonard Bernstein como de John Williams dotan de mucho atractivo a esta pieza de algo menos de media hora y un solo movimiento, aunque con partes diferenciadas, bien construida y muy asequible para el público. Las ovaciones fueron insistentes y sinceras. Tocó la siempre difícil trompa Salvador Navarro y gustó mucho.
Gustaron también las lecturas wagnerianas de Josep Pons con la orquesta de la que un día fue titular y ahora es director honorario. Empezó con el “Preludio y muerte de amor” de “Tistán e Isolda” y cerró con la “Inmolación de Brunhilde” tras una breve selección orquestal de “El Ocaso de los dioses” que abrió “La salida del sol”. Pons ha dirigido la “Tetralogía” en el Teatro del Liceo y se percibe su dominio en la seguridad y pasión con la que aborda este Wagner. Seguro que habrá quedado muy satisfecho porque una cosa es dirigirlo con la Orquesta del Liceo y otra con una OCNE muy superior. Sólo una objeción: no habría estado de más una soprano para las dos escenas citadas al principio de esta crónica. Buena racha en la Nacional. Gonzalo Alonso
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