Sonya Yoncheva: viva la zarzuela
Sonya Yoncheva: viva la zarzuela
La soprano búlgara canta el jueves en el coliseo un recital íntegramente dedicado al género, con romanzas de Chapí, Soutullo y Vert, Penella y Gaztambide, entre otros autores
Una agenda apretada aprovechada hasta el límite. Sonya Yoncheva llegó el martes a Madrid justo para cantar el pregeneral, que será hoy, un día antes de su debut en el Teatro de la Zarzuela el jueves con un programa -de noventa minutos y sin descanso- y en el que se podrán escuchar “Noche hermosa” de “Katiuska”, de Sorozábal, “La luz de la tarde se va”, de “El pájaro azul”, de Rafael Millán, de Gaztambide, “Yo me vi en el mundo desamparada”, romanza de “El juramento”, “De España vengo”, de “El niño judío”, del recién recuperado Pablo Luna (con quien el coliseo ha hecho un pleno doble con “Las calatravas” y “Benamor”, que acaba de bajar el telón) o “Yo soy Cecilia”, de “Cecilia Valdés”, de Gonzalo Roig, entre otros fragmentos. Que nadie se extrañe de que la cantante se atreva con un repertorio tan español porque en el Metropolitan ya hizo gala de su particular heterodoxia al elegir un programa en el que se combinó Verdi, Purcell, Puccini y Edith Piaf. La soprano búlgara aterriza en Madrid dentro de una gira que el domingo la llevó hasta el escenario del Palau de les Arts con un recital de lied y que tras pasar por la capital pondrá punto y final en Bilbao el próximo 22 de mayo.
Yoncheva, una de las mejores voces internacionales, desvelaba días atrás en sus redes sociales (donde la podemos ver ensayar, brindar por el Año Nuevo en Gstaad, bailar con sus hijos, disfrazarse en Halloween o hacer una deliciosa tarta) que había descubierto que tenía antepasados españoles. Quizá de ahí le venga esa pasión por la zarzuela. Durante tres semanas ha estado descansando junto a su familia (su esposo es el director de orquesta venezolano Domingo Hindoyan) y sus dos hijos en las playas de República Dominicana, donde aseguraba estar “recargando pilas” para los compromisos que tenía en su agenda. “Después de la pandemia quizá salgamos más fuertes. Esto nos va a dejar marcados”, aseguraba durante la promoción de su nuevo trabajo discográfico, “Rebirth” (Sony Classical), cuyo título es precisamente “Renacimiento·. Y añadía que “cada artista intenta controlar los colores de su voz cuando está frente a un micrófono, pues no es lo mismo cantar cuando la sala está vacía”.
“La nueva Netrebko”
Junto a la cantante estarán el tenor cántabro Alejandro del Cerro y el maestro Miquel Ortega, quien ha elegido de las cuatro piezas orquestales fragmentos de tres que pueden resultar no demasiado conocidas para el público: “Los burladores”, de Sorozábal, el Preludio de “Los borrachos”, de Gerónimo Giménez, “La leyenda del beso” de Soutullo y Vert junto con el preludio de “La alegría de la huerta”, de Sorozábal.
La pandemia supuso, como para otros muchos artistas, un parón en su ritmo habitual. Se cayeron “Tosca”, “Rusalka”, “Il trovatore”… Sin embargo, estuvo presente en la inauguración de temporada de La Scala, este año tan atípica y que tuvo una parte en directo y otra grabada y en la que se dio cita una constelación de estrellas, así como en el concierto “Met Stars Live in Concert”, ofrecido por el Metropolitan vía “streaming”. El crítico alemán Volker Blech escribió tiempo atrás sobre ella: “Cuando llegó Anna Netrebko tuvimos claro que teníamos delante a la nueva Callas. Ahora que tenemos a Sonya Yoncheva sabemos que aquí está la nueva Netrebko”. Y la búlgara no da demasiada importancia a estas comparaciones. Siempre sale bien parada. Y cuando le preguntan si existen problemas entre ambas se despacha con una sonrisa y un “para nada”: fuera de los focos son amigas y sus parejas también. Sobre el escenario se miden, a qué negarlo, son competencia “y eso beneficia al mundo de la ópera”, asegura.
Después de cantar en la Zarzuela Yoncheva pondrá rumbo a París para actuar en el Teatro de los Campos Elíseos para ofrecer un concierto el 2 de mayo. En agosto, si el virus no lo impide, cantará de nuevo junto a su hermano, Marin Yonchev, toda una estrella del pop en Bulgaria. Esta vez en Sofía. Y Grecia, quizá en noviembre, “uno de los países más hermosos que he visto nunca” y donde solía pasar las vacaciones de verano. Gema Pajares
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