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Por Publicado el: 28/03/2017Categorías: En vivo

Steinbacher: exotismo sin almíbar

Arabella Steinbacher

Steinbacher: exotismo sin almíbar

Orquesta de Valencia. Programa: Obras de Brahms, Saint-Saëns, Ravel y Kodály. Solis­ta: Arabella Steinbacher (violín). Director: Lawrence Foster. ­Lu­gar: Palau de la Música. Entrada: Alrededor de 1750 personas (prácticamente lleno). Fecha: 24  marzo 2017.

El estadounidense Lawerence Foster (Los Ángeles, 1941) siempre ha sido un director de orquesta de rango discreto, que dirige como lo que parece: un administrativo bancario modelo años sesenta. Sólo le falta el bigotillo a lo Vizcaíno Casas o a lo López Vázquez. Un correcto marmolillo que, como tal, resuelve versiones que en el mejor de los casos alcanzan eso: la mera corrección. Así fue la Tercera de Brahms que ocupó toda la primera parte del programa de su nueva visita al podio de la Orquesta de Valencia. Faltó en ella todo el lirismo, efusión, nostalgia, sutileza, lucidez y  bellezas que distingue a esta sinfonía condenada a figurar en la primera parte de los programas debido a su nada bullicioso final en pianísimo, a pesar de que, como escribe con certeras palabras José Luis Téllez en las notas al programa, se trata de “una de las obras orquestales de Brahms poseedoras de mayor lirismo, riqueza y variedad melódica”.

Poco de ello afloró en la ayuna versión de Foster. Ni siquiera durante el prodigioso tercer movimiento –Poco allegretto– asomó esa densa intensidad emocional tan característica de los mejores momentos brahmsianos. La buena prestación instrumental de los profesores de la Orquesta de Valencia –especial mención para el trompa solista, Santiago Pla- y su disciplinado entusiasmo artístico lograron enmascarar el anodino tono general de la versión. Luego, en la segunda parte, en la conclusión del programa, la brillantez orquestal y dramatismo a flor de piel –casi cinematográfico- de la suite sinfónica de la ópera Háry János, de Kodály se impusieron sobre la métrica lectura del maestro Foster y arrancaron el entusiasmo del público, algo a lo que también contribuyó la intervención solista del cimbalero Ludovit Kovac.

La triunfadora de la tarde fue la violinista muniquesa Arabella Steinbacher (1981), de la que bien se recuerda su estupendo Quinto concierto de Mozart con López Cobos y la propia Orquesta de Valencia, en marzo de 2014. En esta ocasión ha sido artífice de tres obras de aromas franceses tan plenas de virtuosismo y exotismo como la Habanera y la Introducción y rondó caprichoso de Saint-Saëns, y Tzigane de Ravel. La expresividad intensa y sin almíbar de la Steinbacher, su arrollador talento (capaz de sortear sin aparente dificultad las “diabólicas” dificultades de Tzigane de las que hablaba el propio Ravel) y el sonido de su Stradivarius fueron ingredientes sustanciales de este renovado éxito de la artista alemana, prorrogado fuera de programa con el “obsesivo” primer movimiento de la Segunda sonata para violín solo de Eugène Ysaÿe. Justo Romero

Crítica publicada en Levante el 26/03/2017

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