Stemme: “La soprano wagneriana es un tipo vocal radical”

Nina Stemme gana el premio Birgir Nilsson

La gala Wagner de Tasmania invita de nuevo a Nina Stemme, una de las mejores sopranos wagnerianas de la actualidad

Reconocida por sus interpretaciones de Turandot, Salomé, Elektra y el abanico de heroínas wagnerianas, Nina Stemme es una de las voces más valoradas y dinámicas de la actualidad.

El año pasado, la soprano sueca se convirtió en la segunda cantante y primera mujer en recibir la distinción más prestigiosa del mundo de la ópera: el Premio Birgit Nilsson, con un valor de un millón de dólares americanos. “Apenas podía creerlo cuando me lo comunicaron. Es realmente alentador ser reconocida por honrar la obra de los compositores y mi trabajo como cantante dramática. Haber conocido en persona a Birgit Nilsson lo hace aún más especial”.

Uno de esos encuentros fue durante las representaciones de El Holandés Errante en la Vlaamse Opera de Gante, cuando la soprano llamó a Nilsson porque creía haber tocado techo vocalmente con la interpretación de Senta: “Llamé a Birgir y no solo me dijo que ella no lo pensaba sino que había oído que querían que cantase Isolda en Glyndebourne. Birgir era justa en sus valoraciones y nunca animaba a alguien si no estaba preparado. Era honesta y directa. Cuando acepté debutar el papel de Isolda le pedí si podría cantárselo a ella en algún momento y ella aceptó. Me habría recibido en cualquier momento pero nunca me sentí preparada y perdí la oportunidad”.

El Premio Birgir Nilsson nació de la inquietud de la legendaria soprano por el futuro de la ópera. Entregado cada dos años desde 2009, algunos de sus galardonados son Plácido Domingo, que se hizo con el premio inaugural; Riccardo Mutti en 2011; y la Filarmónica de Viena en 2014.

Otro de los criterios que contempla este premio es el servicio leal al legado del compositor. En el caso de Stemme, la soprano sueca es sinónimo de Wagner. Mientras que la soprano dramática canta por encima de la orquesta, la soprano wagneriana suele describirse como una cantante de proporciones heroicas y musicalidad excepcional: “Es un tipo de voz y música extremo. Es tanto solista sobre el escenario como un instrumento más en la orquesta. No es fácil de explicar, pero es una condición que existe por la terrible emoción de la música de Wagner. Sus palabras, dinámicas, son tan específicas que hasta llegó a inventarse su propias palabras o sílabas”.

Nina Stemme es una apuesta habitual en las producciones de artistas que quieren romper con los moldes tradicionales, como Georg Baselitz, que dirigió su versión de Parsifal en la Bayerische Staatsoper y contó con Jonas Kaufmann; o en ‘El Rey Candaulo’ de Alexander von Zemlinskyen en Salzburgo, con producción de Alfred Hrdlicka.

En 2020, Stemme regresa a uno de los papeles que más ha encarnado: Turandot. La soprano lidera el reparto en la próxima función del Met, que en abril pondrá en escena de nuevo el espectacular montaje de Franco Zeffirelli: “Esta producción está en perfecto estado y es muy actual. Estoy orgullosa de haber formado parte del reparto en 2016 y de volverlo hacer el próximo año”. En febrero actuará en la Bayerische Staatsoper de Múnich como parte del reparto de El Castillo de Barba Azul de Bartók que dirigirá Oksana Lyniv.

El 2 de noviembre de este año, Stemme viajará a Hobart (Tasmania) para participar en la Gala Wagner de la Orquesta Sinfónica de la región, donde ya actuó en 2016 en la versión en concierto de Tristán e Isolda junto a Stuart Skelton. La revista Limelight, que recoge esta entrevista, calificó esta actuación como “una maratón de primera de mano de los mejores intérpretes de su generación”.

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