Tebaldi en España
Tebaldi en España
No fueron muy numerosas las actuaciones de la gran diva en nuestro país, aunque su fama y su popularidad eran bien conocidas a través de sus numerosas grabaciones para la Decca. En cualquier caso, su presentación en el Gran Teatre del Liceu, el 4 de noviembre de 1953, con La Traviata, a la que siguió unos días después Tosca, habría de establecer un verdadero idilio con el público barcelonés, que influyó en numerosas generaciones tanto de aficionados como de jóvenes aspirantes a alcanzar un puesto en el mundo de la lírica, como es el caso de Montserrat Caballé, que siempre ha afirmado que su decisión de dedicarse al canto le vino dada al escuchar en vivo a Renata Tebaldi. Otras de las pocas ciudades que pudieron disfrutar de la presencia de la artista fueron los dos centros operísticos del Norte, Oviedo y Bilbao, donde en 1962 ofreció dos de sus más aplaudidas creaciones: Leonora de La forza del destino y Adriana Lecouvreur (la ópera que el intendente del Met, Rudolf Bing, no había conseguido montar para ella en el momento en que se lo solicitó). Aunque la soprano no estaba ya quizá en su absoluta plenitud, de lo que se resintieron algunos agudos, la belleza de su voz y su clase y elegancia interpretativa cautivaron a estas exigentes audiencias (fue muy comentado, además, el hecho de que en la ópera de Cilea lucía un vestido exclusivo valorado entonces en noventa mil pesetas). Madrid y Barcelona pudieron verla a comienzos de los 70, ya casi en su despedida, con un recital en el Teatro de la Zarzuela y otro en el Palau de la Música, aunque aún habría de volver a España para participar como jurado del Concurso Internacional de Canto Francisco Viñas de Barcelona.
Rafael Banús
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