TÉCNICA Y EXPRESIÓN
TÉCNICA Y EXPRESIÓN
Lieder y canciones de Purcell, Berlioz, Schubert, Schumann, Liszt, Chaikovski, Duparc, Wolf, Hoovitz, Poulenc, Messager, Porter, Rodgers y Moore. Susan Graham, mezzo soprano. Malcolm Martineau, piano. Teatro de la Zarzuela, Madrid. 11-6-2012.
Susan Graham ha dejado nuevamente bien sentadas sus credenciales: magnífica y elegante planta, simpatía, muchas tablas –hasta el punto de “colar” como algo normal y disculpable un absoluto olvido del texto en la canción de Cole Porter “The Physician”, que se quedó por ello a la mitad-, claro timbre, vecino al de soprano, centro brillante y esmaltado, una técnica muy acabada, no exenta de refinamiento, y expresión muy justa. Son sin duda elementos suficientes para coronar un recital con éxito, pese a las ostensibles insuficiencias en la zona grave del instrumento. Ya desde el comienzo, con la canción sacra de Purcell “Tell me, some pitying angel”, advertimos la flexibilidad del canto, el acertado empleo de la media voz y del filado y la buena mano para el canto melismático, en delicados arabescos. La sutileza de las dinámicas quedó evidenciada también “La mort d’Ophélie” de Berlioz, en donde la mezzo supo establecer un magnífico clímax en la palabra “abime” para terminar en una delicada “vocalise”.
Buenos reguladores, sonidos plenos y redondos en el centro de la tesitura, pianísimos muy controlados, con excelente apoyo –cuando ya la intérprete ha cumplido los 50-, fueron aplicados musicalmente en Schubert, Schumann y el resto de autores elegidos para acercarnos al “Wilhelm Meister” de Goethe. El recital –para nosotros en exceso disperso y un poco liviano- ofreció en su segunda mitad obras más ligeras, aunque no lo sea del todo “Lady Macbeth” del anglo austriaco Joseph Horovitz, pieza muy declamada, falta de carne dramática a nuestro juicio. Dichas con gracejo las seis canciones de Poulenc “Fiançailles pour rire” y en su punto de adecuación, con el “soul” preciso las aproximaciones a la comedia musical. Estupenda la primera de las dos propinas, “A Clhoris” de Hahn, con su recuerdo a Bach; una especialidad de la mezzosoprano. Muy bien, como siempre, el pianista Martineau. Arturo Reverter
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