Temirkanov, apto para todos los públicos
Ciclo Ibermúsica
Apto para todos los públicos
Obras de Gershwin y Dvorak. Terrence Wilson, piano. Orquesta Sinfónica de Baltimore. Yuri Temirkanov, director. Auditorio Nacional. Madrid, 22 de octubre.
Los fines de semana suele haber bastantes huecos en los conciertos de Ibermúsica, pero en el presente apenas había uno. El programa, ameno y apto para todos los públicos, pudo al fin de semana y a una tarde un tanto desagradable y hasta el Alcalde de Madrid estaba allí.
Yuri Temirkanov es siempre un director interesante, aunque unos repertorios le vayan más que otros. Es maestro de partitura en atril, pero no batuta. De los que moldean los sonidos con las manos. Es maestro de temperamento y nervio, de versiones vivas y poderosas en forma y fondo. Y lo volvió a demostrar en esta su visita número 15 dentro de este mismo ciclo.
Lo mejor con mucho fue la lectura de la sinfonía del “Nuevo Mundo” de Dvorak, con magníficos segundo y cuarto tiempo y no tanto el tercero, sorprendentemente alicaído. En el “Largo” se lució la solista del corno inglés, con el clima de su ferviente melodía muy bien preparado por las cuerdas con sordina.
Abrió el concierto una versión brillante de “Un americano en París”, aunque no llegase a brillar la desenvoltura, la chispa con la que p.e. Bernstein dirigía este Gershwin. Mejor la “Rapsodia en blue”, aunque la muy buena agrupación de Baltimore arrollase a Terrence Wilson, más certero en los pasajes intimistas que en los potentes. Quizá hiciesen falta dos pianos para esta obra. Wison se desquitó de tal avasallamiento con una larga y virtuosística propina: “Islamey” de Balakirev. Gonzalo ALONSO
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