Tokio recupera la homogeneidad
XVII Liceo de Cámara
Tokio recupera la homogeneidad
Obras de Haydn y Brahms. Cuarteto de Tokio. Auditorio Nacional. Madrid, 2 y 3 de abril.
El prestigioso Cuarteto de Tokio ha vuelto a deslumbrar en su nueva visita madrileña dentro del Ciclo de Cámara de Caja Madrid. Desaparecido, a falta del concierto vienés de su despedida, el Alban Berg; desigual el Borodín y con Takács sólo pisándole los talones, el de Tokio se sitúa a la cabeza de unas formaciones que cada día tienen más difícil la difusión de su buen hacer. A lo largo de sus ya más de treinta años de vida han ido cambiando sus componentes y pasando por periodos de una cierta desigualdad que ahora parece nuevamente superada. Kazuhide Isomura, el extraordinario viola, representa la vieja escuela y lo dejó muy claro en sus intervenciones, muy especialmente en el “Cuarteto n.3 en si bemol mayor Op. 67” de Brahms, obra con cometidos muy significativos para este instrumento de cuerda. Aún resaltando este solista y, si se quiere con el segundo violín en el otro extremo, hoy vuelve a ser el cuarteto homogéneo, de amplio sonido y admirable precisión.
Su primer programa se destinó íntegramente a Haydn, así como la primera parte del segundo, en el que se escucharon los cuartetos n.6 y 3 de la serie Op.76, conocido este último como “Emperador” por el empleo de la canción patriótica “Gott erhalte Franz den Kaiser”. Los de Tokio brindaron una exhibición de vuelo de sus motivos pegadizos no exentos sin embargo de virtuosismo en interpretaciones que se impregnaron perceptiblemente de las intensidades y contrastes que desembocarían en el “Sturm und Drang”. Otra actuación que no ls será fácil de olvidar a los aficionados madrileños. Gonzalo Alonso
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