¿Transparencia en Andalucía?
¿Transparencia en Andalucía?
El Parlamento de Andalucía aprobó el pasado día 11 de junio una ley de transparencia que impone claridad y publicidad en todos los procesos de contratación con la administración andaluza y para evitar así, se supone, los reiterados y escandalosos casos de fraude por los que tan tristemente famosa es Andalucía.
Todo esto está muy bien sobre el papel del Boletín Oficial de la Junta de Andalucía, pero aún mejor estaría si se aplicase de verdad en casos, como por ejemplo, como el de la renovación de la dirección artística y la gerencia de la Orquesta Sinfónica de Sevilla y del Teatro de la Maestranza. Ambos cargos, que llevan siendo ocupados desde hace diez años por Pedro Halffter y Remedios Navarro, cumplen sus contratos el próximo 31 de julio. Se da la circunstancia de que en el caso de ambas gerencias (Remedios Navarro) se ha aplicado una norma de incompatibilidades que ha llevado a que a pesar de tener dos contratos diferentes (con orquesta y con teatro), sólo reciba remuneración por uno de ellos. Sin embargo, no ha sido así en el caso de las direcciones artísticas (Pedro Halffter), a quien, aunque se trate de dos contratos diferentes, no se le aplica la mencionada norma y se le permite disfrutar de retribuciones por ambas partes, con un montante total en torno a los 250.000 euros anuales. A los que hay que añadir los correspondientes por la dirección titular de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria.
La falta de aplicación de la ley de transparencia se manifiesta en el hecho de que mientras para la renovación de la gerencia conjunta orquesta-teatro se ha convocado un concurso público para la presentación de candidaturas y proyectos, para el caso de las direcciones artísticas (Pedro Halffter, no lo olvidemos) no ha sido así. La extraña y oscura opción ha sido la de nombrar una comisión formada por representantes de las tres administraciones responsables (Ministerio de Cultura, Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Sevilla) que invitarán de manera particular a cinco o seis candidatos para que presenten sus proyectos y luego elegir entre ellos. Para añadir oscurantismo, no se han hecho públicos los nombres de los miembros de esa comisión. La sospecha es más que clara: mientras que la Junta ha hecho pública su opción por no renovar a Pedro Halffter, tanto Ayuntamiento como Ministerio son favorables a su continuidad, con lo que basta con invitar a cuatro o cinco mediocridades para que el proyecto de Halffter sea el elegido sin tener que competir con personalidades de mayores méritos. Esta es la transparencia que se acaba de aprobar. Pizarro
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