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Por Publicado el: 30/05/2014Categorías: Crítica

Traviata, grata sorpresa

GRATA SORPRESA

            Verdi: “La traviata”. Elena Monti, Salvatore Cordella, Marcin Bronikowski, Laura Vila. Luis Frigolá, Andrés Mundo, Pablo Pardo, Cristián Camilo Navarro, Ramón Farto, Juan Manuel Buruaga, Alberto Camón. Sociedad Coral Excelentia. Orquesta Clásica Santa Cecilia. Director: Thomas Sanderling. Auditorio Nacional, Madrid. 29-5-2014.

            Grata e inesperada sorpresa la de esta “Traviata”. Por el buen juego ofrecido por el director, hijo mayor de aquel gran maestro que fuera Kurt Sanderling. Thomas, nacido en 1942, es artista pulcro, aplicado, de excelente oficio y modos sencillos y eficaces. Concierta bien y sabe apianar (adecuados los dos preludios); aunque no domina el férreo tempo-ritmo verdiano, que ha de ser a veces fustigante. Pero el gesto breve, natural y claro puso a los conjuntos en órbita. El coro, excesivamente numeroso (¡140 componentes!), sonó recio y potente antes que templado y afinado. En el grupo masculino hubo bastantes fallos de ajuste.

[youtube]http://youtu.be/plNZ1DuowQY[/youtube]

            En todo caso, con una orquesta muy digna, fue buen soporte de una narración que desconoció con frecuencia el toque poético en beneficio de la contundencia y en perjuicio de las voces. Sobresalió la de la milanesa Elena Monti, que exhibió una bien contorneada emisión de lírica pura, fresca y vibrátil, un punto apurada en el agudo, ligeramente estridente y a veces forzado, pero amplio, creciente y regulado. Dijo con expresión variada y, con excepción de algunos portamentos exagerados, cantó por derecho, comunicativa y emotivamente. Solventó con alguna dificultad la difícil coloratura de la “cabaletta” del primer acto y no se fue, no tenía por qué, al mi bemol 5. Bien sus dos arias, expuestas sin la repetición.

            Tampoco el tenor, Cordella, dio el no escrito do de pecho en su “cabaletta”, cantada sin la repetición. Es un lírico rozando lo ligero, con personalidad en la zona alta, pero con una octava inferior nada esmaltada, en la que camelea, con algunos postizos falsetes y evidentes faltas de apoyo. Bronikowski es barítono de oscuro timbre, atractivo y lleno, aunque de franja superior pequeña y no bien proyectada. Algo monótono, salvó con corrección su “Di Provenza”. Desigual el resto del equipo. Una mención para Navarro, que puso de manifiesto como Doctor Grenvil que tiene maneras y una voz interesante de barítono-bajo, a falta de pulimento. Arturo Reverter

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