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Por Publicado el: 22/01/2005Categorías: Crítica

Tres monólogos trastornados

Temporada de la OCNE
Tres monólogos
Obras de Wagner, Strauss y Scönberg. A.M.Sánchez y A.Sija, sopranos. Orquesta Nacional. J.Pons, director. Auditorio Nacional. Madrid, 21 de enero.
Los programas de Josep Pons suelen estar impregnados de originalidad e interés, aunque otra cosa es que sean los más adecuados para el público tradicional de la ONE. En cualquier caso éste se va renovando y bueno es que nuestra vida musical también lo haga. Su último concierto es una muestra clara de lo anterior. “Preludio y muerte de Isolda” del “Tristan e Isolda” wagneriano, la escena final de la “Salomé” de Strauss y el “Erwartung” de Schönberg tienen en común el monólogo de tres mujeres trastornadas, como muy bien apunta Luis Gago en sus estupendas notas al programa de mano. En el primer caso es Isolda llorando y muriendo la muerte del amado, en el segundo es Salomé recreándose con la cabeza de aquel al que ya nunca podrá poseer sexualmente y en el tercero es una mujer buscando y esperando a su amante en medio de un bosque. Dos de ellas obras sobradamente conocidas y queridas por el público mientras que la tercera, la primera gran atonalidad del compositor, todavía es para muchos una media hora demasiado larga.
Quizá tenga poco sentido que con dos sopranos en el escenario se prescindiese de la voz en el final de la cima amorosa wagneriana. Es cierto que las características vocales de ambas no son las más adecuadas para esta partitura, pero es igualmente cierto que sí se podía haber contratado la misma soprano para primera y última obra. Ni Pons ni la ONE acertaron con el sonido wagneriano, quedando la lectura un tanto turbia. Se buscó el contraste y la emoción, pero estos no llegaron a prender. Las primeras notas de Ana María Sánchez en “Salomé” produjeron cierta inquietud que, afortunadamente, desapareció enseguida. Estuvo muy bien la soprano de Elda, dominando musical, expresiva y emocionalmente la parte, con voz poderosa aunque le falte algo de metal para estas partes tan dramáticas. Creo que es tiempo para que decida el repertorio a abordar en adelante, porque no podrá simultanear por mucho tiempo Lucrecias Borgias con Toscas o Salomés. Anja Silja volvió a España tras su frustrada presentación como Clitemnestra en Oviedo. La veterana –ya cumplidos los sesenta- y casi mítica soprano defendió muy bien el angustiado personaje femenino de “Erwartung”, aunque se echase de menos la escena. Pons y la ONE sí estuvieron a la altura en Strauss y Schönberg. Gonzalo ALONSO

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