Crítica: Triplete Mozart-Da Ponte en el Liceo de Barcelona
Triplete Mozart-Da Ponte en el Liceo de Barcelona
Mozart: Le nozze di Figaro y Don Giovanni
Thomas Dolié, Ana Maria Labin, Angela Brower, Robert Gleadow, Lea Desandre, Alix Le Saux, Norman Patzke, Paco García, Mercedes Gancedo. / Alexandre Duhamel, Iulia Maria Dan, Arianna Venditelli, Julien Henric, Robert Gleadow, Alex Rosen, Alix Le Saux. Director musical: Marc Minkowski. Director de escena: Ivan Alexandre. 7 y 8-IV-2022.
El actual director general de la Ópera Nacional de Burdeos, el francés Marc Minkowski, es un especialista consagrado del repertorio barroco y poco a poco se ha ido forjando un gran renombre en las interpretaciones del repertorio mozartiano y de las obras de Jacques Offenbach. En el Gran Teatro del Liceo, con capacidad para 2.300 localidades, se están presentando cuatro ciclos completos de la trilogía de las óperas de Mozart con libreto del poeta y libretista italiano Lorenzo da Ponte. Un proyecto ideado por el director musical francés que es quien ha escogido a un grupo reducido de jóvenes cantantes que se intercambian en varios de los títulos y que en algunos casos interpretan varios personajes incluso en un mismo título. Un grupo de jóvenes adecuados para dicho proyecto ideado para el Teatro del Palacio de Drottningholm de Estocolmo de 400 localidades y la Ópera Real de Versalles, de algo más de setecientas butacas. Un proyecto muy exquisito, ideal para dichos espacios dieciochescos que además recrea un escenario de madera de la época en que con un escaso atrezzo se juega simplemente con diversos cortinajes y una iluminación que recrea las velas de la época.
El primero de los tres títulos Le nozze di Figaro fue toda una sorpresa por la excelencia de la dirección musical de Marc Minkowski, que imprimió unos tiempos electrizantes y una impetuosa carga emotiva en numerosas arias de los protagonistas ofreciendo una lectura de la obra sin espacio para el decaimiento. También por la cuidada dirección escénica de Ivan Alexandre que funcionó bastante bien en esta divertida trama giocosa rica en sorpresivas situaciones amorosas y cómicas que sin duda alguna la convierten en uno de los mayores logros de la historia de la ópera.
Las voces escogidas por Minkowski y la escenografía tan reducida no se llevan bien con un coliseo de varios miles de espectadores y aquí empezó a tambalearse un proyecto ideal para teatros pequeños, pero insuficiente e impropio para un Gran teatro del Liceo. Destacaron las mezzosopranos Angela Bower como Susana y Lea Desandre como Cherubino, aunque esta última algo justa de proyección. Poco interesantes el Conde de Almaviva de Thomas Dolié y la Condesa de Ana Maria Labin y no acabó de gustar el rudo Figaro y Leporello de Robert Gleadow. En Don Giovanni, el reto era bastante mayor, ya que la ampulosa escena de la fiesta del final del primer acto en el palacio de Don Giovanni o el misterio del cementerio con la estatua del Comendador, fueron ilusiones musicales de mérito que no estuvieron respaldadas por la escenografía. La obra requiere de una propuesta escénica mucho más compleja que estuvo completamente ausente y desde el punto de vista musical, no estuvo a la altura del exquisito trabajo de la primera jornada. A ello habría que sumarle unas voces inadecuadas para el nivel del Liceo, con problemas de proyección, afinación y excelencia en la mayoría de los protagonistas, destacando solamente la soprano italiana Arianna Venditelli como Donna Elvira. Una propuesta que fue a menos en su segunda jornada y que no acaba de encajar en el Liceu a pesar del interés del público por ver un proyecto como esta trilogía Mozart-Da Ponte que sin duda tiene un gran interés en tres jornadas consecutivas y que estuvo bien defendida por la Orquesta del Liceo dirigida por Marc Minkowski. Fernando Sans Riviére
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