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Por Publicado el: 21/07/2024Categorías: En vivo

Critica: Un gran “Trittico” en Bolonia con Abbado al frente de la orquesta

Il Tabarro

Un gran ‘Trittico’ en Bolonia con Abbado al frente de la orquesta

Il trittico, música de Giacomo Puccini.

Il tabarro, con libreto de Giuseppe Adame basado en la obra teatral ‘La Houppelande’, de Didier Gold. Reparto: Franco Vassallo como Michele, Chiara Isotton como Giorgetta, Roberto Aronica como Luigi. Otros: Cristina Melis, Xin Zhang, Luciano Leoni…

Suor Angelica, con libreto de Giovacchino Forzano. Reparto: Chiara Isotton como Suor Angelica, Chiara Mogini como la tía princesa, Manuela Custer como la abadesa. Otros: Elena Borin, Federica Giansanti, Vittoriana De Amicis, Laura Cherici… Coro di Voci Bianche del TCBO, con Alhambra Superchi de maestra del coro.

Gianni Schicchi, con libreto de Giovacchino Forzano, basado en el personaje homónimo del canto XXX del infierno de ‘La Divina Comedia’ de Dante. Reparto: Roberto de Candia como Gianni Schicchi, Darija Augustan como Lauretta, Manuela Custer como Zita, Francesco Castoro como Rinuccio. Otros: Xin Zhang, Vittoriana De Amicis, Luciano Leoni, Mattia Denti, Michele Patti…

Orchestra e Coro del TCBO (Teatro Comunale di Bologna).

Roberto Abbado, director musical. Gea Gratti Ansini, director del coro. Pier Francesco Maestrini, director de escena. Nicolas Boni, escenografía. Stefania Scaraggi, vestuario. Daniele Naldi, luces. Michele Cosentino, asistente de dirección.

Comunale Nouveau, Bolonia, 12 de julio 2024.

‘Il Trittico’ es un 3×1, tres óperas en un acto, con argumento independiente, pero que Puccini deseaba que se representaran juntas. ¿Por qué? Porque lo concibió como un conjunto, inspirándose en ‘La divina comedia’ de Dante, y en esta una única obra estarían representados el infierno, el purgatorio y el cielo. Una y trina, los mencionados 3 argumentos diferentes son: ‘Il tabarro’, para el infierno (obra cruda, de estilo verista), ‘Suor Angelica’ para el purgatorio (más lírica) y ‘Gianni Schicchi’ para el cielo (una comedia).

En la actualidad no se respeta demasiado el deseo del maestro y es bastante usual verlas por separado, o combinadas con alguna otra ópera corta. De hecho juntas no es tan fácil verlas, suponemos que en parte por la dificultad de juntar a más de 30 cantantes, un coro de voces blancas y 3 escenarios diversos. De las tres, la que más se representa es ‘Gianni Schicchi’, que aparece en el puesto 25 de las óperas más vistas en los últimos 10 años, mientras que ‘Suor Angélica’ se sitúa en el 47.

Il Tabarro

El TCBO ha programado en esta y la siguiente temporada varias óperas de Puccini, en conmemoración del centenario de su muerte. Habida cuenta de que el teatro histórico, el Teatro Comunale, está en obras, las representaciones tienen lugar en el Comunale Nouveau, que es en realidad un auditorio sin grandes posibilidades técnicas en el palco. Vemos aquí una versión del florentino Pier Francesco Maestrini, con escenografía de Nicolas Boni y vestuario de Stefania Scaraggi, que mantiene la inspiración en ‘La divina comedia’, y más concretamente en las 136 ilustraciones de Gustave Doré sobre la misma y que se adapta bien a las comentadas restricciones escénicas: el fondo será una pantalla con proyecciones acorde al momento y habrá una gran puerta a la izquierda que permanecerá todo el tiempo, con algún elemento diferente para cada una de las obras.

Para aquellos que tienen la suerte de no haber visto aún este Trittico y que pretendan hacerlo en el futuro (este año lo pueden ver en Bilbao, por ejemplo) dejaría de leer aquí, ya que es hermoso verse sorprender con la propuesta del maestro con estas tres pequeñas joyas.

La primera que veremos será ‘Il tabarro’. El comienzo es sobrecogedor, con la barca de Michele atracando en algún puerto del alto Sena pero en un remedo de un Caronte (primer personaje que se le aparece a Dante en el infierno) haciendo lo propio en el Aqueronte. De la barca descienden marineros como cuerpos en pena que se dirigen a su execrable destino, y muy de acorde al libreto que se nos presenta, en el que ninguno de los personajes tiene un apego especial por la vida y prácticamente la sobrellevan gracias al alcohol, pasados recuerdos o deseos que saben que nunca llegarán. El barítono Franco Vassallo, patrón del navío, acabará con la vida de Luigi, cantado por el tenor Roberto Aronica que, en su respuesta a Tinca (‘Hai ben ragione:…’) hubiera conmovido al mismo Bertolt Brecht. Por su parte, la soprano Chiara Isotton representa perfectamente a la triste Giorgetta, malcasada con Michele, que le dobla la edad, y cuyo único nexo capaz de unirlos, su hijo, murió igual que su amor, si es que existió alguna vez.

Chiara Isotton será también Suor Angelica en la siguiente pieza (en Bilbao hará también este papel). La acción se sitúa en los jardines de un convento con una escenografía que nos presenta el mar al fondo y unos árboles al frente. Aquí las monjas expresarán sus reflexiones sobre su abandono del mundo, esperando el cielo en la vida futura. No en vano aquí Puccini nos representa el purgatorio, ese estado intermedio entre cielo e infierno, así como en la tierra estas monjas están entre la vida y la no vida.

Suor Angelica es un drama en toda regla, un papel que debe ser un regalo para una soprano, aunque a la vez puede serles muy doloroso según experiencias personales. Es una obra en la que sólo hay voces femeninas y eso llega a hacer pensar en ‘Billy Budd’ que en cierto punto también podría ser el purgatorio, aunque no he llegado a encontrar nada que haga pensar en una inspiración de esta ópera para Britten.

Todas las mujeres hacen un papel creíble y hermoso en su parte. La tía princesa (una estupenda Chiara Mogini) aparece descarnada e impiedosa en su rol. Y claro, Isotton destaca sobre todas, porque pasa de la apenada indiferencia en la rutina con sus compañeras a la expectante ilusión a saber de la visita de su tía, al golpe que recibe con la noticia de la muerte de su hijo, a la pérdida de su conciencia cuando decide su suicidio (muy bien representado el fondo de árboles-druídas mientras prepara el veneno con las hierbas que tan bien conoce) y su arrepentimiento ante el acto cometido, a la vez que ilusión por ver a su hijo en el mundo futuro.

Suor Angelica

Por fin tras tanto drama llega la comedia ‘Gianni Schicchi’ como alegoría del cielo. Curiosamente es el único personaje tomado de ‘La divina comedia’: pero aparece en el infierno, concretamente en el octavo círculo (el fraude), décima fosa (como falsificador de personas), en el canto XXX.

El barítono Roberto de Candia ejecutará este papel en el que se le nota disfrutar cantándolo desde que entra (y nosotros con él), llamado por la codiciosa familia del fallecido y rico Buoso Donati. Familia comandada por Zita (muy bien en su papel la contralto Manuela Custer, la abadesa en la anterior obra), quien no desea la boda de su sobrino Rinuccio (interpretado por Francesco Castoro, buena voz pero no acabó de encontrar su sitio) con Lauretta (Darija Augustan), hija del protagonista y que nos canta una de las arias más conocidas de todo el repertorio no ya de Puccini, sino de la ópera en general: ‘O meu babbino, caro’.

La escenografía nos muestra en la pantalla cuerpos humanos semidesnudos con la ciudad de Florencia al fondo, inspirados en los grabados del infierno de Gustave Doré pero también, y así lo confiesa el director de escena, en la película ‘What Dreams May Come’ (‘Más allá de los sueños’, en español), donde Robin Williams camina sobre cabezas humanas y aquí se presenta una cama mortuoria y mobiliario formado por el mismo tipo de figuras humanas de la pantalla sobre la que los personajes de la ópera y en especial el difunto y el protagonista se mueven o reposan.

Lo único que quedó un poco fuera de contexto y resulta algo más incomprensible es la actuación del notario que viene a dar fe del nuevo testamento y los testigos, con un canto entrecortado y movimientos tipo zombi. Maestrini sabrá…

Al final de la ópera, Schicchi nos pedirá su indulto con nuestro aplauso, ya que gracias a su ‘travesura’ logrará la felicidad de la pareja de jóvenes.

Gianni Schicchi

Resumiendo: decir que hemos visto un gran trabajo, con una escenografía adaptada a las exigencias del lugar y que no ha querido ser una polémica protagonista por encima de música y libretos.

El elenco de artistas ha estado muy bien escogido, con muy buena dicción italiana (creo que prácticamente todos ellos eran italianos) y que en general se han movido con soltura sobre el escenario, sin duda ayudados por una música muy fluida y sin arias interminables y repetitivas.

Musicalmente el maestro Roberto Abbado y la orquesta del Teatro Comunale han estado soberbios. Son tres obras con diferencias musicales entre sí y dentro de ellas, incluyendo un vals, diversas estridencias y disonancias. No en vano estamos ya en el siglo XX y Puccini conoce las obras de los maestros alemanes de su tiempo… Cosecharon grandes aplausos en cada final y de varios minutos en el último. Javier Lillo.

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