Un “Acis y Galatea” refrescante
Temporada del Palau de Valencia
Un “Acis y Galatea” refrescante
“Acis y Galatea” de Haendel. B.Richter, G.Webster, A.Tortise, C.Ghazarossian, A.Ewing. Les Musiciens du Louvre-Grenoble. M.Minkowski, director. Palau de la Música. Valencia, 20 de mayo.
William Christie y, muy especialmente, Marc Minkowski realizan una impagable labor en la recuperación del barroco. Cada uno de sus programas supone una jornada artística de primer orden, siempre con lecturas refrescantes. En el caso de “Acis y Galatea”, con el tenor transformado tras su muerte por Polifemo en fuente de agua cristalina, fue como si los espectadores se bañasen en tales aguas al son del coro final.
Minkowski emplea pocos medios. Es la forma de retornar al pasado en lo artístico y poder beneficiarse en lo económico cobrando poco, pero a la vez mucho. Inteligencia artística y financiera, en dos palabras. Los solistas –soprano, tres tenores y bajo- cumplen también el papel coral. Tiene mérito que las individualidades sean capaces de transformarse en coro perfectamente acoplado. No hay voces de gran relieve, pero son muy superiores a las que habitualmente cantan barroco en programaciones similares. Sobre todo la pareja protagonista podría cantar con éxito en cualquier teatro. Claro que al llegar a Polifemo, se puede echar de menos un bajo como el joven Samuel Ramey para afrontar las coloraturas de su gran aria. Y es que cualquier teatro se vendría literalmente abajo si el apartado vocal brillase al mismo nivel que el musical. El trabajo de Minkowski admira de principio a fin. Sus manos, sin batuta, resultan de expresividad clarísima para la orquesta y moldean el sonido para que éste pase milagrosamente de los momentos más brillantes y vitales a los más líricos. La muerte de Acis es de parar la respiración. El silencio subsiguiente, antes de la entrada de los cinco coristas, mostró a las claras que los silencios también son música. ¿Quién no recuerda el de Furtwängler en el último tiempo de la “Novena”, antes de la entrada de la marcha a cargo del tenor?
¿Hay con todo algún “pero”? Quizá los “da capos”. Estos adquieren verdadero sentido con artistas maestros en el arte de la improvisación. Minkowski les tiene demasiado controlados en ellos, perjudicando la espontaneidad. En cualquier caso conciertos como este “Acis y Galatea” en Valencia hermanen en el recuerdo. Conviene estar muy atentos a la “Flauta Mágica” que el propio Minkowski dirigirá en el Real en julio y no olvidar el próximo y formidable “Eugenio Onieguin” del Palau con Chernov, Burchulazde, Arteta y Gómez Martínez. Gonzalo ALONSO
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