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Por Publicado el: 03/10/2006Categorías: Crítica

Un Bruckner desconocido

Ciclo de Ibermúsica
Un Bruckner desconocido
Obras de Wagner y Bruckner. Bayerische Staatsorchester. Kent Nagano, director. Auditorio Nacional. Madrid, 2 de octubre
Kent Nagano no es un director conocido entre nosotros. De hecho puedo contar la anécdota de que su nombre fue ofrecido para sustituir a García Navarro en la dirección musical del Teatro Real, pero hubo quien le consideró un desconocido. Claro que lo mismo había pasado antes con Pappano… El caso es que hoy es el sucesor de Mehta en la Ópera de Munich,
Titular de la Deutsches Symphonie-Orchester Berlin, de la Ópera de los Ángeles, de la de Montreal y de otras menores. ¡Ay que ver lo que les cunde el tiempo a algunos!
Un solo concierto no permite una opinión definitiva, máxime cuando junto a un “Idilio de Sigfrido” muy falto de articulación wagneriana en los primeros minutos se expone la “Cuarta” de Bruckner en su primera versión, realmente diferente de la habitual, en la que por tanto son difíciles las comparaciones. El tono del bello regalo de cumpleaños de Wagner a su mujer fue mejorando hasta alcanzar unas plausibles cotas de lirismo, aunque sin llegar a deslumbrar más que por el sonido de la Bayerische Staatsorchester, es decir la Orquesta de la Ópera de Munich cuando sale del foso.
Conocemos hasta tres versiones de la sinfonía bruckneriana calificada como “Romántica”, aunque sólo se suele escuchar la última. El compositor no debió quedar muy satisfecho de su primera versión y posteriormente sustituyó el “Scherzo” por uno nuevo, reelaboró los dos primeros movimientos y acortó el último. Más tarde cambió también este final. De hecho no hemos conocido la versión original hasta 1975. Aunque exista alguna grabación discográfica, resultó por tanto una novedad para el público asistente. Nagano realiza una aproximación muy directa e inmediata, bastante extravertida pero bien construida. Cosechó un buen éxito, siendo muy ovacionadas las trompas, pero sin alcanzarse el clima de las grandes noches.
Esas noches podrán venir de la mano de Barenboim con la Staatskapelle Berlin (20 y 2 de octubre) o la Filarmónica de Viena (26 y 27 de febrero), sin duda los conciertos estrella de Ibermúsica para esta temporada, en unos ciclos quizá y sobre el papel algo inferiores a otros años. Gonzalo Alonso

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